Marta del Castillo, de 17 años es una joven sevillana que el sábado a las nueve y media cuando regresaba a casa después de pasar la tarde con sus amigos desapareció, desde entonces su familia, padres abuelos, tíos, compañeros del colegio la buscan desesperadamente.En Tuenti, una de las redes sociales de Internet, se han reunido cerca de quinientas mil personas buscándolas. Su padre, Antonio del Castillo atendió a los medios a las puertas de su domicilio, recordó con la investigación policial continúa en secreto, pero confirmó que Marta llegó hasta el portal de casa la noche del sábado, un amigo la acompañó . Después nadie sabe qué ocurrió aunque según desveló Antonio:«un vecino escuchó gritos en el portal de la casa sobre las nueve y media de la noche», en el número 3 de la calle Argantonio. , el vecino que cita al principio no le dio importancia a los gritos, «ya que hoy en día es muy común escuchar ese tipo de sonidos», afirma Del Castillo, sin embargo, «el chaval al día siguiente de pegar los carteles ya nos avisó». Del Castillo agradeció las numerosas muestras de apoyo recibidas en estos días y algunos avisos, que han situado a Marta en ciudades como Alicante, Jerez y El Puerto.
En ese sentido, el padre de la menor desaparecida insistió en que no habría podido llegar muy lejos, ya que en ese momento su hija «no llevaba dinero, como mucho diez euros, no cogió ropa y no tiene tarjetas de crédito». Del Castillo ha aclarado que su hija volvía a su casa sobre las 21:30 horas muchos fines de semana, ya que «sus amigos se iban al fútbol».Además, ha explicado ,que su hija «se conectaba bastante a Internet», pero ha asegurado que «no nos hemos metido nunca en sus diarios o en el chateo», por lo que sólo sabe que hablaba con amigos y familiares de varios sitios, como Chipiona o Espartinas. La Policía Nacional sigue investigando el caso y ha interrogado al joven que, según él mismo dijo a los padres de Marta, la acompañó a su casa. El chaval, de 19 años y de nombre Miguel, prestó declaración, sin que haya trascendido la información facilitada a los agentes del Grupo de Menores, que son los que se han hecho cargo de un caso que sigue teniendo demasiados cabos sueltos. Antonio del Castillo, padre de Marta, pudo hablar con este joven en un primer momento, pero luego el móvil aparecía desconectado. Los vecinos consultados hacían siempre referencia a la bondad de la chica y a su forma de ser, jovial y alegre, por lo que no encontraban explicación alguna para lo ocurrido. Sus abuelos maternos, sentados en el sofá del salón, contemplaban las distintas fotografías de la nieta. Teresa, la abuela, conteniendo como podía las lágrimas, sólo acertaba a decir que «lo único que quiero es que nos la devuelvan sana» mientras se aferraba a las fotografías de Marta. Javier Casanueva, tío de la menor desaparecida, explicaba que la Policía seguía investigando el caso, a la par que hacía referencia a que es «una niña normal, que no tiene problemas con sus padres. Incluso cuando sale, suele llamar a su madre y le dice dónde está o si va a algún otro sitio. Una muchacha normal y corriente». El tío de Marta pidió la colaboración de todos aquellos «que puedan aportar algo sobre el paradero de Marta, Los familiares de la joven comenzaron a distribuir por todo el barrio carteles con la fotografía de Marta, en la que se pedía colaboración por si alguien podía pudiese aportar algún dato. Carteles que fueron colocados no sólo en paredes sino también en establecimientos y repartidos en mano a los vecinos del barrio. Igualmente, la misma noche de la desaparición, amigos y familiares estuvieron rastreando las distintas zonas de ocio por las que se suele mover Marta los fines de semana.
SEVILLA PRESS