La Magna y la Maestranza
Muchos sevillanos sentimos preocupación por el desarrollo de la procesión de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará el 8 de diciembre. Intranquiliza la magnitud de ese cortejo tan extraordinario desde todos los parámetros, que será una procesión auténticamente Magna. Preocupan las multitudes que moverá por la alta concurrencia de visitantes, en la festividad de la Inmaculada.
Es seguro que el recorrido oficial fijado resultará manifiestamente insuficiente, dado que la fuerza devocional de las imágenes elegidas movilizará a millares de vecinos de Dos Hermanas, Utrera, Lora del Río, visitantes del resto de Andalucía y España y a muchísimos vecinos de esta capital de la religiosidad popular que es Sevilla. Será imposible resistirse a la llamada silenciosa del Señor, que con su divina zancada volverá a camina sobre las almas, o al impulso irrefrenable que siempre suscita ese Cristo que una vez más expirará en Triana y en Sevilla, antes de hacerlo en Roma.
E igualmente resultará irresistible tener en las calles de la ciudad, juntas por vez primera, a las Virgenes Patronas: Reyes, Valme, Consolación y Setefilla. Para que las emociones y los sentimientos acaben desbordados como nunca antes sucediera, formaran también en el cortejo las Esperanzas de ambas orillas. A todas rezaremos de corazón e inevitablemente suspiraremos cuando al final se aleje el manto de la Virgen Macarena. Ante tan excepcional espectáculo de piedad popular, por caridad cristiana los sevillanos estamos obligados a buscar formulas para que el mayor número de devotos puedan asistir a ese acontecimiento.
La Iglesia de Sevilla, el Ayuntamiento y el Consejo de Hermandades y Cofradias tienen ya fijada la secuencia de la procesión, cuyo itinerario posibilitará 21.591 sillas, distribuidas entre la plaza de la Virgen de los Reyes (931), la Puerta de Jerez (1524), la calle Almirante Lobo (5175) y el Paseo de Colón con las restantes 13.961. Es de reconocer el esfuerzo de esas instituciones y la bondad del itinerario, estando previsto instalar ante la Maestranza un altar o plataforma para que la Virgen de los Reyes presida el discurrir del cortejo.
Existe una posibilidad que ignoro si ha sido tomada en consideración o no se ha planteado, pero que supondría incrementar fácilmente en nada menos que otras 14.000 localidades las ya previstas. Me refiero a que el altar se ubique en el interior de esa magnífica Plaza de la Maestranza, de estilo tardo-barroco propio de la segunda mitad del siglo XVIII, de modo que el cortejo entre y salga por la Puerta del Principe, que es patrimonio histórico de Andalucía. Así unas 14.000 personas invocarían al unísono las oraciones ante cada imagen sagrada, que se irían sucediendo en el interior del coso sin que en ningún momento hubiese en el albero más de un paso.
Pero al margen de la belleza y espiritualidad de esos rezos multitudinarios de tantos miles de personas, lo más importante sería que esos devotos presenciarían la procesión en una ubicación de excepcional belleza monumental y vivirían momentos inolvidables de alta espiritualidad popular. El público accedería y saldría de la plaza por los accesos habituales, evitando en lo posible la zona del Paseo de Colon para que no hubiese ningún problema añadido de seguridad.
Con esta leve modificación se produciría una mejora muy sustancial de lo hasta ahora previsto. Sevilla cuenta con muchos antecedentes de multitudinarias celebraciones religiosas en la monumental Plaza de España, en el Campo de la Feria cuando Sor Ángela fue beatificada o en el Estadio Olímpico con la mismísima Esperanza Macarena sin palio, donde se beatificó a Madre María de la Purísima. Esta propuesta acrecentaría considerablemente esa manifestación religiosa al permitir la asistencia de muchas más personas. Como sevillano cumplo con plantearlo, consciente de que ello reduciría el grado de preocupación, sin merma de la seguridad, y engrandecería tan magno acontecimiento cofrade.
José Joaquín Gallardo es abogado.