El Belén de la Solidaridad 2017 es un original Nacimiento de estilo sevillano que instalan personas trasplantadas en el convento de Santa Rosalía, en pleno centro de Sevilla. Se trata de un montaje en el que destacan las maquetas de edificios emblemáticos de Sevilla, la mayoría de ellos desconocidos o ya destruidos. En esta edición número 16 se recrea el Nacimiento alrededor del Instituto de Higiene del Dr. Murga, derribado en 1958 para construir en su lugar el actual Ambulatorio Marqués de Paradas.
El maestro belenista es Rafael Álvarez Núñez, que fue trasplantado de hígado, es quien dirige a un equipo de más de 30 persona todas ellas trasplantada, que llevan las labores de construcción de maquetas de los edificios sevillano para el Belén de la Solidaridad, que han construido a escala y con todo lujo de detalle, las espectaculares maquetas. En esta 16ª edición se recrea el Nacimiento alrededor de las maquetas del impresionante y desconocido edificio, del Instituto de Higiene del Dr. Murga.
Con su mensaje “Un trasplante es otro Nacimiento” este Belén de la Solidaridad –de entrada libre- se convierte año tras año en un foco de concienciación de las donaciones de órganos.
El Belén espera superar las 50.000 visitas de las ediciones anteriores. Y probablemente lo consiga porque se suman dos atractivos más: visitar el convento de clausura de Santa Rosalía y su monumental Belén; y la visita de los Reyes Magos durante la mañana del 5 de enero que entregarán juguetes a los niños.
El Belén de la Solidaridad podrá visitarse en horario de once de la mañana a dos de la tarde y de cinco a ocho y media de la noche, excepto los días 25 de diciembre y 1 de enero.
Para visitas de colegios o grupos es necesario concertarlas previamente en el teléfono 619 624 275.
Historia del Edificio
El error más repetido en la historia de Sevilla ha sido el de demoler edificios sin tener en cuenta su valor artístico y patrimonial. Un buen ejemplo es el del Instituto de Higiene, que estaba situado en el número 35 de la calle Marqués de Paradas. Fue construido entre 1905 y 1907 para ser, simultáneamente, la residencia, el laboratorio y la clínica del doctor Leopoldo Murga Machado, y estuvo en pie hasta 1958. Quienes no hayan oído hablar nunca de él, a buen seguro que se sorprenderán al ver fotografías de su fachada, pues parece mentira que un inmueble con semejante encanto se redujera a escombros.
Su estilo era neoclásico y recordaba a los antiguos templos romanos, si bien se inspiró en el Museo Británico de Londres. Estaba organizado en torno a tres naves: la central era utilizada como laboratorio y zona de consultas, en la de la izquierda se practicaba la electroterapia y en la de la derecha se realizaban sesiones de hidroterapia. También contaba con un vistoso jardín, bordeado por esculturas relacionadas con la higiene, y nada más y nada menos que catorce cuartos de baño, dos de ellos de lujo. Asearse en ellos costaba una peseta, dato que deja a las claras que se trataba de un edificio que rozaba el elitismo.
Pese a que tuvo mucha clientela durante más de dos décadas, en mitad de la Guerra Civil cerró sus puertas y quedó abandonado hasta que en 1958 se decretó su demolición. Curiosamente, las autoridades decidieron construir en su emplazamiento otro centro sanitario, en este caso un ambulatorio (el que sigue operativo hoy día), aunque ahí acaban las similitudes, puesto que se trata de un edificio nada pretencioso y orientado a la practicidad. Sea como fuere, cuando uno compara las imágenes del pasado con las del presente, inevitablemente se pregunta por qué no se rehabilitó el edificio anterior en lugar de hacer borrón y cuenta nueva.
Foto Antonio Rendón Domínguez