El pasado domingo, y como preludio a la procesión de la Virgen del Rosario y de Santa Rosalía, las calles de Gines se llenaron de gigantes y cabezudos, una actividad de la que, a pesar de la lluvia, pudieron disfrutar mayores y pequeños.
Se trata de una tradición que venía celebrándose en Gines hasta mediados de los años 70 y que se recuperó con gran éxito el pasado año por parte de la delegación de Juventud del Ayuntamiento y de la Hermandad del Rosario y Santa Rosalía.
Ya por la tarde, tenía lugar la salida procesional de la Virgen del Rosario y de Santa Rosalía. Para la ocasión, el paso de la Santa de Palermo estrenó la talla del respiradero trasero, obra de José Manuel Rodríguez, así como las maniguetas, obra de Isidoro Campos.
La Banda Municipal de Gines fue la encargada de poner el acompañamiento musical a la imagen de la Virgen del Rosario. Por su parte, Santa Rosalía contó este año con los sones de la Agrupación Municipal Nuestra Señora de la Estrella de Dos Hermanas. Tras el recorrido, y acompañada de un gran número de vecinos por las calles Conde de Ofalia, José Antonio Cabrera, Blas Infante, Paseo Juan de Dios Soto y Marqués de Torrenueva, la comitiva hizo de nuevo su entrada en la parroquia.
Una vez concluida la procesión, y como es tradicional, se quemaron dos toros de fuego en el Paseo Juan de Dios Soto, una actividad que logró congregar y divertir a un buen número de asistentes.