Lo peor de todo es que en lo que se refiere al desconcierto superlativo que se ha apoderado del beticismo en las últimas horas, ciertamente, llueve sobre mojado. La actual es la tercera temporada de penurias deportivas para el equipo verdiblanco y ya se sabe que en el fútbol mandan los resultados. La gestión de Manuel Ruiz de Lopera, controvertida en todo caso, cada vez tiene menos respaldos y la peculiar forma de hacer del máximo accionista del club hace que en tiempos de vacas flacas las cañas se conviertan en lanzas. No ha sabido Lopera reconducir la situación en los últimos meses y la consecuencia es que el Betis vive sus peores horas en años, con un equipo que vuelve a estar en los últimos puestos de la tabla sin mostrar capacidad competitiva y con una dirección criticada, denostada y que sigue negando la evidencia de un rechazo social irreversible.
El día de ayer fue especialmente anormal. En primer lugar, el diario deportivo Marca anunció una negociación para la venta del paquete accionarial de Ruiz de Lopera. El comprador sería el joven empresario sevillano Luis Castel (carmonense de 39 años), que habría llegado al despacho del consejero delegado del Betis patrocinado por el ex consejero Blas Ballesteros con una oferta que rondaría los 60 millones de euros por el paquete accionarial de un Betis libre de deudas. Lopera, sin embargo, explicó a este periódico - y por la noche en el programa «El Larguero», de la cadena SER- que efectivamente hace unos veinte días recibió a Castel en su despacho y que éste, que llegó acompañado por Ballesteros y un letrado de la familia Arredondo, le aseguró que le iba a presentar una oferta por sus acciones, sin que hasta la fecha ésta le haya llegado.
No dijo Lopera si está o no dispuesto a deshacerse de su paquete accionarial, lo que sí afirmó es que la única oferta que ha manejado últimamente por su propiedad es de 125 millones de euros y que procede de un grupo inversor de Qatar. «No he considerado esta opción porque no quiero dejar el Betis en manos de extranjeros», señaló. No es nueva la versión de una propuesta extranjera. Nada nuevo bajo el sol.
El Betis desmintió oficialmente la presunta oferta de Castel en su página web a primera hora de la tarde, pero poco después compareció Blas Ballesteros en Canal Sur para decir que es necesario un cambio en el Betis y que Luis Castel «es una persona capacitada, responsable y con el respaldo suficiente para dirigir la sociedad en una nueva etapa si Lopera acepta dejarla en sus manos».
Para sumar a esta confusión, el club anunció el ingreso de un nuevo consejero en su teórico órgano de gobierno. En un momento de lo más complicado, se suma al deteriorado y desprestigiado consejo de José León, como responsable del área médica, un «delegado de una multinacional farmaceutica», según comunica el Betis, llamado Antonio Álvarez, de 55 años y residente en Brenes aunque natural de Arahal. Noticia de alcance.
También comunica la entidad blanquiverde que hoy, a las dos y media de la tarde, Lopera comparecerá ante los micrófonos de Radio Betis para dar a conocer datos de trascendencia. La aparición del consejero delegado, sin embargo, se adelantó a la noche en la SER para recordar su versión de lo que sucedió en 1992 y anunciar un superávit del último ejercicio económico de 30 millones de euros. Por las ventas de Joaquín y Oliveira.
Y habló de fichajes. ¿Por qué José Mari? «Porque lo recomendó don Héctor Cúper», dijo Lopera. El argentino ya explicó en su momento que él solicitó a Roque Santa Cruz y le trajeron al ex del Villarreal. El desencuentro entre consejero delegado y técnico se volvió a hacer patente en un día en el que desde el club se insistió en que es posible que hoy se produzca la destitución del entrenador. Y hubo quien aseguró haber visto a Fernando Vázquez en la calle Jabugo. El gallego dijo encontrarse tranquilamente en su casa de Castrofeito.
Las asociaciones «Por nuestro Betis» y «Béticos por el Villamarín», por supuesto, pusieron el grito en el cielo por las últimas informaciones periodísticas y solicitaron a la afición una actitud definitiva. Y es que un diario de tirada nacional se había hecho eco de una sentencia de la Audiencia Nacional que, al desestimar un recurso del Betis por una multa, insistió en que Tegasa se había beneficiado durante años del club bético. Nada nuevo. Todo igual. El caos. Qué cruz.