Querer es poder. Estas tres palabras resumen muy bien lo que en muchos casos es el fútbol. Fundamental es jugar bien, pero más importante todavía es creer en el triunfo. El Sevilla dio una buena lección de ello. Apretó los dientes y luchó hasta el final, tuvo fe en conseguir la victoria y ni siquiera el palo de fallar un penalti, otro penalti errado, le hizo bajar los brazos. La recompensa llegó con el tiempo cumplido mediante la testa de Jordi, que poco antes había desperdiciado una pena máxima y una franca ocasión de gol. Fue un justo punto y final para un choque en el que los nervionenses llevaron en todo momento la iniciativa, anularon a un rival que casi no apareció y por último dijeron sí a la Champions, que queda a dos puntitos.
Exactamente a eso, a dos puntitos gracias a un encuentro en el que los sevillistas dejaron muy claro que sabían perfectamente todo lo que se estaban jugando. Porque ante el Valencia había muchísimo sobre la mesa, demasiado. Si ante el Atlético se tenía que ganar para consolidarse en puestos UEFA, frente a los de Quique Sánchez Flores lo único que valía era la victoria si se quería seguir soñando con jugar en la siguiente temporada la Liga de Campeones. No obstante, Juande no sacó su once de gala. Ni mucho menos. En la defensa no hubo cambios, con la salvedad de la entrada de Escudé por Drago, lesionado desde el Calderón. Pero de ahí arriba todo fue muy novedoso. Jordi y Renato en el doble pivote, dejando a Martí en el banco. Puerta en la izquierda, Navas en la derecha, Jesuli en la media punta y Luis Fabiano arriba. Habituales como Kanouté, Saviola, Martí o Adriano se quedaron fuera. Estaba claro, el técnico apostaba por las rotaciones.
¿Apuesta arriesgada? Sin duda, la respuesta estaba en el aire, aunque lo cierto es que desde el comienzo el equipo local metió atrás al Valencia. No llegaban oportunidades, pero el dominio era claro. La banda derecha era la principal vía de ataque. Jesús Navas está cada día mejor y por su carril volvía loco a Moretti. En el minuto 17 metía un balón al centro del área al que Luis Fabiano no llegaba por muy poco. El Valencia respondía diez minutos más tarde por mediación de Mista. El murciano encaró sólo a Palop, fallando en el uno contra uno con un disparo que se fue fuera y cortó la respiración del respetable. El Sevilla seguía a lo suyo y Jesuli, que estaba realizando un buen encuentro moviéndose muy bien en la línea de tres cuartos, rozaba el tanto antes de que se cumpliera la primera media hora de juego. Otra vez Jesuli ya en el descuento pudo marcar, esta vez cazando en inmejorable posición un buen centro de Navas. Su remate lo blocó Cañizares con facilidad.
Se llegaba al descanso con buenas vibraciones. El Sevilla tenía maniatado al Valencia con un magnífico Renato, que era el dueño y señor del medio campo. Las bandas respondían, sobre todo la derecha con Navas, la auténtica pesadilla para los levantinos, sin menosprecio del gran trabajo de Puerta, que por la izquierda también hacía sus pinitos. Había que ver ahora si Juande iba a mover el equipo en la reanudación. Así lo hizo. Sales sustituyó a Jesuli. El del Parque Alcosa pasó a la derecha y Navas se fue a la media punta. El equipo perdió fuelle en el comienzo. Con el desplazamiento de Navas al centro se había perdido mucha mordiente en la derecha. Luis Fabiano estaba demasiado solo y los visitantes comenzaban a estirarse. Fue entonces cuando el entrenador nervionense dio un nuevo giro al timón. Quedaba media hora para el final y Saviola entró a escena en detrimento de Luis Fabiano. La entrada del argentino resultó clave.
Con el Pibito en pista el Sevilla ganó más profundidad. Bajaba a recibir e iniciaba desde atrás jugadas peligrosas. Estaba cómodo y en el minuto 20 le faltó precisión con la cabeza, cruzando demasiado un remate cuando estaba solo. Sin embargo, faltaba llegada por las bandas y Juande metió a Kanouté por Puerta. Navas pasaba a la izquierda y el malí acompañaba a Saviola arriba. Le salió bien la jugada al manchego porque desde la izquierda el canterano palaciego volvió a sacar los dientes y colarse hasta la cocina cada vez que le dio la gana. Bordaba a menos de quince minutos el Sevilla su mejor fútbol ante un Valencia totalmente entregado cuando Daniel por el centro asistió a Saviola para dejar solo al argentino y ser este derribado por Ayala instantes antes de encarar a Cañizares. Penalti y expulsión. Y ahora quién lo lanza. Eso fue lo que empezó a preguntarse todo el mundo, tras lo fallos de Saviola y Kanouté el pasado jueves. Jordi asumió la responsabilidad. Disparó buscando la escuadra derecha, golpeando el esférico en el larguero. La desesperación se empezó a palpar en Nervión. Y aún quedaba más. Navas y Saviola se cocinaban también en el 38 otra buena oportunidad que el siete nervionense desaprovechó con un inocente disparo. Otra vez Jordi, totalmente solo, falló dentro del área escorado a la derecha, quizás por pensar que estaba en fuera de juego El fútbol estaba siendo demasiado injusto con el Sevilla en general y con Jordi en particular.
El Valencia, con uno menos se dedicaba ya a desojar la margarita esperando que el final del encuentro llegara cuanto antes. Cañizares veía la amarilla por sus reiteradas pérdidas de tiempo y en el mismísimo descuento el caprichoso balón se encargó de poner las cosas en su sitio. Con un Sevilla volcado, Saviola la puso desde la derecha al área donde apareció Jordi que, con un espléndido remate de cabeza, la mandó a la escuadra derecha de Cañizares. Estalló la locura.
Así acabó la historia de un partido en el que el Sevilla fue mejor, mucho mejor que el rival. Los hispalenses realizaron un gran encuentro y sobre todo evidenciaron unas tremendas ganas de ganar. Nunca renunciaron a la victoria. Se falló un penalti pero se siguió teniendo fe, apostando ciegamente por conseguir los tres puntos. Se demostró una vez más que con buen juego y mentalidad ganadora se puede llegar al éxito. Precisamente eso, mentalidad ganadora es lo que siempre saca a relucir este Sevilla que salgan o no bien las cosas nunca tira la toalla. La Champions está a dos puntos, nada más dos puntos, a pesar de que cuando se empatara contra el Mallorca se pensara que estaba todo perdido. Actitud, fe, fútbol Esa es la clave.
Ficha técnica
Sevilla FC: Palop; Daniel, Javi Navarro, Escudé, David; Jesús Navas, Renato, Jordi, Puerta (Kanouté, 69); Jesuli (Fernando Sales, 46) y Luis Fabiano (Saviola, 58). Valencia CF: Cañizares; Miguel, David Navarro, Ayala, Moretti; Jorge López (Hugo Viana, 79), Albiol, Baraja, Regueiro (Rufete, 77); Mista (Aimar, 58) y Villa.
Gol: 1- 0: Min. 92, Jordi.
Árbitro: Turienzo Álvarez, castellano- leonés. Amonestó a los visitantes Albiol, David Navarro, Cañizares y Aimar. Expulsó, con roja directa, a Ayala en el minuto 75.
Prácticamente lleno en el Sánchez Pizjuán, con más de 43.000 espectadores en las gradas. Los jugadores saludaron a la afición desde el centro del campo.