
El Ateneo de Sevilla acogió una interesante conferencia audiovisual bajo el título “El toro en los exlibris – Exlibris taurinos”, impartida por José Miguel Valderrama Esparza, presidente del Hogar Navarro en Sevilla y de la Asociación Andaluza de Exlibristas. La sesión, que atrajo a amantes de la tauromaquia, del arte gráfico y del coleccionismo bibliófilo, ofreció un recorrido por la presencia del toro en estas pequeñas obras de arte que acompañan los libros desde hace siglos.
Aunque el término exlibris puede resultar familiar para muchos, Valderrama comenzó su intervención aclarando su significado: una etiqueta o estampa artística que, adherida al interior de los libros, indica su propiedad. El término proviene del latín ex libris, que significa “de entre los libros (de alguien)”, y suele incluir el nombre del dueño junto a un diseño simbólico, alegórico o personal, ejecutado mediante técnicas tradicionales como la xilografía, calcografía, litografía o serigrafía, así como por medios digitales más actuales.
El toro en los exlibris: de la mitología al arte contemporáneo
Valderrama explicó cómo los animales han estado presentes en los exlibris desde sus inicios, cargados de simbolismo: el búho como emblema de la sabiduría, la serpiente de Esculapio en medicina, el unicornio como imagen de pureza... y también el toro, que en el ámbito mitológico representa al dios Zeus transformado para raptar a Europa. Sin embargo, la tauromaquia como tal tardó en reflejarse en la iconografía exlibrista.
Según el ponente, esto se debe a que el movimiento exlibrista moderno en España estuvo profundamente influido por el Modernismo europeo de finales del siglo XIX y principios del XX, corriente artística que mostraba una clara reticencia hacia la lidia. No fue hasta la década de 1920, con la expansión del coleccionismo fuera de los círculos modernistas, cuando comenzaron a emerger exlibris de temática taurina en toda su diversidad.
Riqueza visual y simbólica del exlibris taurino
En su exposición, Valderrama mostró ejemplos de esta riqueza temática, clasificando los exlibris taurinos en heráldicos, mitológicos y propiamente taurinos, donde se representan escenas de la lidia, plazas de toros, toreros célebres, e incluso imágenes simbólicas del toro como figura totémica y cultural. Todo ello convierte a estos pequeños grabados en una muestra única de la intersección entre literatura, arte gráfico y tradición popular.
El acto, cargado de contenido histórico y visual, evidenció el valor del exlibris no solo como marca de propiedad, sino también como vehículo artístico que refleja pasiones, ideologías y universos culturales tan arraigados como el de la tauromaquia.

