Después de 16 temporadas, el canterano nazareno se retira, tanto del primer equipo como de sus funciones de técnico en las categorías inferiores, para centrarse en su carrera profesional.
Hora de la despedida para Alejandro Murube (Sevilla, 9/6/2000), que con tan sólo 7 años se lanzaba al agua para jugar al polo acuático en el Club Waterpolo Dos Hermanas. Actividad compaginada inicialmente con el baloncesto, sus labores como ejecutivo de cuentas/social media manager y un Master en Marketing digital le han ido apartamento progresivamente de la que ha sido hasta la fecha su gran pasión, y familiar, con su padre (‘Jota’ Murube) como referente y su hermano Daniel continuando la saga.
Durante estas 16 temporadas, en las que conseguía como logro más destacado de base la doble corona regional juvenil en 2018, daba el salto al equipo sénior nazareno en la temporada 2014/15 siendo cadete, con ascenso incluido a Primera Nacional, que disputaría cuatro temporadas antes de afrontar las últimas cinco en Segunda, donde este curso ha logrado la permanencia con el cuadro nazareno.
-Llegó la hora de colgar el gorro…
-Es una decisión que ya tenía en mente desde principios de temporada e incluso lo hablé con Pepe Barroso, al que le dije que posiblemente fuese mi último año. Ha sido una temporada complicada en lo personal, ya que he estado compaginando muchas cosas a la vez y al final eso también ha pasado factura porque no he podido estar al 100% con el equipo. Entre el trabajo, el Master y mis grupos de categorías, bastantes días tenía que renunciar a las sesiones con el grupo para poder llegar a todo, y eso al final en los partidos se veía reflejado, ya que no he conseguido encontrarme del todo cómodo después de una temporada anterior muy buena a nivel personal.
-Se entiende que no habrá sido una decisión sencilla después de tantos años.
-Obviamente. Decir adiós o hasta luego a un deporte que te ha acompañado desde que prácticamente tienes recuerdos no es fácil, pero lo tenía bastante asumido. Es verdad que muchísimas cosas se van a echar de menos, como esa rutina, los viajes o ver a tus compañeros y amigos todos los días. Pero por otro lado se abre también una nueva oportunidad de probar cosas nuevas que al final, por lo sacrificado que es este deporte, nunca he podido hacer.
-¿Con qué te quedas de tu etapa en el waterpolo?
-Con las personas. Ganar está muy bien, pero al final los recuerdos que nunca se olvidan son las experiencias que tienes con tus compañeros y los ratos que echas con ellos. Cosas como los viajes, campeonatos e incluso el día a día creo que son lo más bonito que tiene esto, ya que al final llegan esos momentos que comento y todos los problemas que tuvieses en el día los dejas aparcados y te centras en remar con tus compañeros para conseguir el mismo objetivo.
-¿El mejor momento?
-En lo deportivo, como grupo diría que ese año de juvenil de segundo fue el mejor porque conseguimos todo a nivel andaluz y el grupo era espectacular. Si hablamos de lo personal, posiblemente el año del debut en primera con 15 años o incluso la temporada pasada.
-¿Un rival?
-Si me tengo que quedar con uno diría que el Club Waterpolo Sevilla. Al final es el club con el que desde pequeño siempre tienes ese pique por ser de la misma ciudad prácticamente y por enfrentarte muchísimas veces a lo largo del año en las diferentes categorías. Siempre eran partidos calientes en los que la grada apretaba muchísimo y no podías relajarte en ningún momento. Y si nos vamos equipos de fuera, diría que el Metropole canario, porque fue el equipo contra el que metí mi primer gol en liga nacional.
-También has dejado huella en las promesas nazarenas como técnico.
-Durante estos años sólo he intentado transmitir los mismos valores que se me inculcaron desde que empecé en este deporte. Cuando coges un equipo de categorías inferiores, sobre todo si son pequeños, te vuelves a dar cuenta de lo que realmente es esto, donde muchas veces no es tan importante el resultado, sino disfrutar haciendo lo que te gusta con tus amigos.
Mi intención con ellos siempre ha sido hacerles ver la importancia del grupo y de hacer las cosas en conjunto, apoyándose en el resto de compañeros. Algunos tendrán mejor recuerdo conmigo, otros peor, pero con que simplemente alguno de ellos se haya quedado con algo de todo lo que he intentado compartirles durante estos años, me quedo más que satisfecho.
-El apellido Murube seguirá vinculado al C.W. Dos Hermanas…
-Esperemos que sí. Mi hermano seguirá jugando y al final yo tampoco quiero desvincularme al 100%, por lo que seguiré yendo a la piscina de vez en cuando a ver al primer equipo y los pequeños. No estar el día a día se va a hacer raro, ya que son los últimos tres años compaginando labores de técnico en categorías con el primer equipo como jugador, pero creo que se abren nuevas oportunidades diferentes para centrarme en otras cosas.
-Un mensaje a tus compañeros
-Creo que todo lo que les tenía que decir ya lo saben, pero que sigan trabajando como hasta ahora, porque son capaces de conseguir cualquier cosa, y sobre todo que disfruten de esto, porque en el momento que dejas de pasártelo bien y disfrutar, las cosas ya no salen igual y es algo que el grupo lo nota en el día a día.
Creo que se viene una temporada bastante desafiante en la que los más pequeños van a tener que tomar más responsabilidades aún y asumir parte de peso en el equipo, pero de verdad confío, porque los conozco y sé que están más que capacitados para poder hacer un muy buen año.
-¿Y a tus canteranos?
-Solamente que los echaré de menos y que disfruten. Sé que soy bastante pesado con esto, pero después de tanto tiempo te das cuentas que es lo único que de verdad te llevas y por lo que merece la pena el sacrificio. Sólo puedo agradecerles este tiempo junto a ellos, porque ha sido bastante fácil hacer las cosas por simplemente las ganas de aprender que han puesto.
-Una última posesión…
-Me gustaría dar las gracias tanto a las familias de los pequeños como a mis entrenadores durante estos años. A los padres y madres por la parte que les toca, ya que me acogieron con los brazos abiertos hace casi cuatro años y son también participes de haber hecho posible todo esto. Como ya les dije, sin su apoyo e implicación poco podemos hacer nosotros como técnicos, ya que esto al final es un deporte muy sacrificado también para las familias, con muchos desplazamientos a otras provincias, y no es fácil compaginar eso con el día a día.
Respecto a mis entrenadores, me gustaría destacar a dos figuras que han sido muy importantes para mí. La primera de ellas es mi padre, ‘Jota’, que desde que recuerdo siempre ha estado entrenándonos en todos los grupos por los que he ido pasando y también porque fue él quien me metió en vena este deporte.
Tener en casa a tu entrenador tiene sus cosas buenas y sus cosas malas (alguna bronquita ha caído), pero al final es gracias a quien he podido vivir todas estas experiencias.
Y la segunda de ellas es a quien me ha acompañado estas últimas temporadas y quien confió en mi para proponerme como técnico, que es Pepe Barroso, quien llegó a Dos Hermanas para afrontar una situación complicada después de años difíciles en el primer equipo y también porque es una persona que vino desde Jerez sin experiencia en nacional y sin conocernos a ninguno, pero al poco tiempo ya nos dimos cuenta de la persona que era y fue capaz de transmitirnos la importancia que tiene el grupo para un deporte colectivo como el nuestro y el que se respire buen rollo tanto dentro como fuera del agua.
Todo esto ha hecho que la relación con mis compañeros haya sido mucho más fuerte y por supuesto la nuestra, que se ha convertido en una relación de amistad fuera de las piscinas.
Podría seguir agradeciendo a otras muchas personas que me han dado la oportunidad de vivir todo esto y de sumar otros aprendizajes, pero estaría un par de días hablando, así que prefiero dejarlo por aquí.
¡GRACIAS por todo, Ale!