En días pasados las majestuosas instalaciones de José Benítez en Umbrete fueron testigos por segundo año consecutivo del esperado almuerzo de Navidad del Ateneo de Triana. Alrededor de 200 comensales se congregaron en un evento que se convirtió en sinónimo de deleite gastronómico y camaradería.
La velada comenzó con una cálida recepción, donde los invitados fueron agasajados con selectos vinos de las reconocidas Bodegas Salado. Los entrantes, cortesía de Cárnicas Ortolá, las irresistibles croquetas de Naeva y unas exquisitas tortillas, junto con frutos secos de Reyes, olivas y otros manjares, prepararon el paladar para la experiencia culinaria que se avecinaba.
Después de una hora de aperitivos, la comida anunciada se desplegó en el mejor ambiente posible. Las veinte mesas vibraban con la amistad y cordialidad que emanaba de cada rincón, mientras los fogones del Grupo Benítez deleitaron a los presentes con manjares que rozaban la perfección gastronómica. El brindis con Cava marcó el inicio de una experiencia culinaria que dejó huella.
El evento fue amenizado por la Asociación de Barman de Andalucía, liderada por Francisco Cesar, que sirvió cócteles magníficos que complementaron a la perfección el espectáculo que precedió al esperado baile, donde sevillanas y boleros pusieron la guinda a una jornada inolvidable.
El Presidente del Ateneo de Triana, Carlos Valera, expresó su agradecimiento a la Junta de Gobierno y a la masa social por el éxito del evento, destacando la importancia de la convivencia y el buen hacer. Sin duda, el almuerzo de Navidad en el Ateneo de Triana se consolida como una tradición que va más allá de la gastronomía, convirtiéndose en un canto a la amistad y la buena mesa.