‘Amo con pasión a esta tierra, como me inculcaron mis padres, y soy habitante de Chipiona por decidida voluntad’. Ese fue el primer pensamiento que María José Barragán-Alvarez lanzó a quienes asistieron el viernes al acto oficial de exaltación al vino moscatel organizado por la Delegación de Fiestas del Ayuntamiento de Chipiona.
La exaltadora, que fue presentada por el productor audiovisual Carlos Varela, comenzó por explicar las razones que la llevan a llevar a Chipiona en su corazón junto a su Coria natal. Y le sobran los motivos cuando enumera los recuerdos de su niñez que evocan el camino de cada año hasta esta tierra con Rocío Jurado sonando en el casette del coche de su padre, la casa alquilada con su patio de flores en la actual calle Abuela Lole, ‘pegadita’ al Santuario, el primer contacto con el moscatel en ese reconstituyente casero que era el ‘candié’, y, como no, la playa como universo estival, la parada en la Cooperativa con su perfume embriagador. Y ya de la juventud, el Toro del Moscatel, las escapadas a las Tres Piedras o la noches en las discotecas de la época.
De ahí pasó a hacer un homenaje particular a muchos de los pregoneros que en años anteriores han hecho grande esta celebración. Lo hizo adentrándose en la historia y la realidad social del singular vino chipionero y de los hombres y mujeres que lo han hecho posible, desde la viña a la bodega, recordando las palabras que Ángel García López, Joaquín Cordero, Joaquín Márquez, Juan José Téllez, Francisco Lorenzo, Juan Luis Naval, Caballero Bonald o Marina Bernal expresaron en sus pregones.
El acto contó con la participación de la cantante Reyes Jaramillo, el guitarrista Manuel Cerpa y la bailaora Aurora Caraballo.
El alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, y la delegada de Fiestas, Isabel María Fernández, agradecieron la predisposición y la entrega con que María José Barragán-Álvarez ha asumido esta tarea de exaltar a una de las señas de identidad de la población.