Según la tradición, los campesinos rogaban a San Antonio Abad para que protegiera a sus ganados de las enfermedades y de bestias depredadoras y, en la actualidad, la gente acude con todo tipo de animales domésticos -y no tan domésticos- a recibir la bendición del Santo a través de un sacerdote.
San Antonio Abad, también conocido como San Antón, nació —de acuerdo con la Vida griega de San Atanasio— a mediados del siglo III d. C., en una rica familia en Egipto; huérfano a los veinte años de edad, se desprendió de sus posesiones y eligió la vida ascética.
También se cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos que sufrían de ceguera y San Antón los curó. La jabalina ya no se separó más de su lado y siempre le protegió ante otros animales por lo que al santo se le representa con un cerdo a sus pies.
El domingo día 21 de enero a la 13: horas del medio día, se celebro la fiesta de la Santa Misa con motivo del Santo Antonio Abad, (San Antón), el patrón de los animales. Pero en la Parroquia de Sta. María de las Flores y San Eugenio Papa de la barriada sevillana de Pio XII y cuya onomástica del día de San Antón era el día 17 de enero miércoles, según el calendario de la Iglesia católica, pero que para que pueda asistir el mayor número de personas con sus mascotas o animales, siempre se realizaran en el festivo más próximo al día del patrón de los animales.
La santa Misa estuvo presidida por su párroco titular Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, acompañado por el sacristán Antonio Vargas en las labores litúrgicas, acompañado por el diacono instituido de la parroquia y varios jóvenes de acólitos y monaguillos. Durante la Homilía él, párroco explicó la historia de San Antón y los beneficio que aporta los animales a las personas mayores y solitarias. Por supuesto que los “familiares no humanos” son bienvenido este día especial en el interior de la iglesia.
Después de la misa, el sacerdote Ignacio Jiménez bendice en las inmediaciones de la parroquia de las Flores a los animales que han estado haciendo rigurosa cola con sus orgullosos amos. Parece como si después de las posibles rencillas que haya podido haber entre ellos se hiciera la paz según se acerca al momento de la bendición. Cuando los amos levanta a sus animales, la mayoría de ellos perros, algunos se acercan encantados pensando en recibir una golosina y se asustan cuando el padre les suelta una ducha con el hisopo. La bendición dice algo así “Dios bendiga a este animal así como a su dueño y San Antonio le proteja todos sus órganos”
En la puerta de la parroquia hemos visto todo tipo de animales, aunque como dice el refrán, en la variedad está el gusto y este domingo la cosa no sólo iba de perros sino de mascota como canarios, cobayas, tortugas, gatos o periquitos, que también se ha querido sumar a esta festividad y recibir la tradicional bendición de su patrón.
La misa y la ceremonia de bendición de animales estuvieron armonizadas continuamente por el magnífico coro parroquial.
Fotos Antonio Rendón Domínguez.