El FC Barcelona zanjó todos los debates a los que estaba siendo sometido el equipo de un plumazo. Se impuso por 5-0 a un Mallorca que pagó los platos rotos de las críticas recibidas por los blaugrana tras los partidos frente al Granada y al Sevilla.
El partido comenzó con sorpresas en la alineación blaugrana. Xavi en la grada y Cesc, Puyol, Piqué e Iniesta en el banquillo. Cuenca repetía como titular y Messi y Thiago eran los encargados de llevar la creación del juego de los de Pep Guardiola. Y funcionó. La maquinaria azulgrana estaba engrasada y, menos el susto de Joao Víctor en los primeros minutos, fue un vendaval ofensivo. Tanto es así que, Leo Messi, en el minuto 30 ya llevaba tres goles que hacían que el marcador reflejara el 3-0 con el que acabó la primera parte. Los pronósticos auguraban que sería otra gran noche en el Camp Nou y no se equivocaban.
La segunda parte siguió el guión de la primera y sirvió para muchas cosas. En primer lugar, el gol de Isaac Cuenca en el minuto 50 para poner el 4-0 en el marcador tras driblar a Aouate como si llevara diez años jugando en el Nou Camp. También dio para que Puyol y Piqué volvieran a jugar unos minutos juntos y para que, Gerard Deulofeu, otra perla de la Masía, debutara con el FC Barcelona en liga el mismo día que debutaron grandes de nuestro fútbol como Andrés Iniesta o Raúl González. A todo esto, el recital blaugrana siguió sobre el tapete verde, y Dani Alves se encargó de redondear la goleada con un espectacular zapatazo que se coló por la escuadra y ante el que nada pudo hacer el meta israelí del Mallorca.