Artículo de opinión de Teresa Antequera Cerverón.
El pensamiento de muchas personas está marcado sólo por estructuras materiales. Muchos son del parecer de que todo se relaciona solamente con la materia y todo puede ser aplicado así a la misma. Para ellos la materia es la realidad, porque aceptan solamente lo que pueden ver, oír, oler, gustar, tocar y captar con los instrumentos de la ciencia. ¿Hemos reflexionado alguna vez sobre lo que nuestros ojos no pueden ver?
Aunque hablemos de nuestro sentido de la vista, nuestros ojos perciben únicamente los reflejos de nuestro entorno, sólo el resplandor reflectado y la energía prestada, pero nunca la realidad, es decir el esplendor que no proviene de la Tierra sino del cielo y que irradia sobre la Tierra y vuelve de ella. El que se contenta con los reflejos de la luz, apenas tiene la luz del alma, porque se ha orientado solamente hacia los reflejos y no hacia la realidad.
Los realistas tienen la costumbre de pensar siempre de manera irreal, pues miran sólo las cosas visibles, la materia, y no lo que está y actúa dentro y detrás de la materia que es el Espíritu, Dios, la Vida. La materia es sólo la superficie de la Vida y se puede comparar con un lago en el que se refleja lo que está en las inmediaciones. Vemos solamente los reflejos y no las profundidades del lago, no vemos dentro ni detrás de la materia. La profundidad del lago es Dios, la Vida. Si reflexionáramos sobre esto, podríamos comprender mejor nuestro destino, nuestras enfermedades y sufrimientos y hasta los podríamos aceptar. Porque en el sufrimiento puede madurar el alma; podríamos incluso llegar a comprendernos como un ser que no solamente consiste en huesos, carne y sangre.
¿Podría ser verdad que existe algo más que la materia? ¿Podría ser que haya algo así como causa y efecto, que es igual a siembra y cosecha? ¿Podría ser que existan leyes superiores que no conocemos? ¿Es posible que exista un Dios? ¿Es posible que haya algo superior que ponga a nuestra disposición fuerzas benevolentes? ¿Qué es el Universo? Ha llegado el momento de la reflexión. ¿Existe una vida después de esta vida? Si existe, la muerte sólo puede ser el puente hacia una vida invisible.
Del Libro: Tu vida en la Tierra es la vida en el más allá.