José Antonio Canales Rivera llegó ayer a Sevilla tras permanecer unos días en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, donde ingresó en una clínica tras sufrir dos fuertes cornadas el sábado. Cuando trataba de dar una larga cambiada a su segundo toro, el diestro resultó cogido y recibió dos heridas, una en el muslo izquierdo y otra en el cuello y en el hombro. Por fortuna, la aparatosidad del accidente fue mayor que sus consecuencias.
José Antonio apareció en la Estación de Santa Justa en silla de ruedas, vestido con un chándal y con una gorra que le tapaba parte de la cara. Además, se podía apreciar el aparatoso vendaje que llevaba en el cuello. Hasta allí acudió a recogerle su madre, Teresa Rivera, quien recibió al joven con un gran abrazo.
Al preguntarle cómo está, José Antonio Canales Rivera declaró que se encuentra dolorido pero que veía todo mejor al encontrarse ya en España. En este sentido, señaló que ha echado mucho de menos a su familia, en especial a su hijo.
Además, el gaditano explicó que la del sábado era su última corrida en América, por lo que no tendrá que viajar de nuevo allí: "Ahora quiero estar en casa y descansar", apuntó. Asimismo, dijo que tendrá que someterse a rehabilitación. Finalmente, José Antonio subrayó que su esposa, Mari Carmen, lo ha pasado mal con el accidente, ya que "es una cosa complicada y le ha cogido lejos".