BRAD PITT: Nadie sabe lo que quiero mejor que yo
El actor, recién elegido nueva imagen del perfume Chanel nº 5 posa en exclusiva para XL Semanal.
Aunque el personaje de Jason Bourne fue llevado al cine hace varias décadas, ha sido en los últimos diez años cuando Hollywood le ha sacado el mayor partido, convirtiéndolo en un filón que ya lleva cuatro entregas. Sin embargo, los que hayan leído la trilogía de Robert Ludlum (y las novelas posteriores de su amigo Eric Van Lustbader, tras la muerte de Ludlum), habrán comprobado que el original literario no tiene casi nada que ver con las adaptaciones cinematográficas; de las novelas han cogido el título, las características del personaje y poco más. En esta versión de El legado de Bourne han ido más lejos: han hecho desaparecer por completo al personaje que interpretó Matt Damon en las tres primeras películas, y lo han cambiado por otro agente especial (los productores compraron los derechos de la obra pero Damon rechazó encarnar de nuevo a Bourne).
Con siete largometrajes en su haber, Wes Anderson se ha ganado a pulso estar en el pódium de los reyes del cine independiente; también ha conquistado la fama de ser uno de los cineastas más atípicos y singulares que pueden encontrarse en el cine actual directores tan extraños y disparatados como él sólo se pueden contar con los dedos de una mano-. Anderson es de los tipos que llaman la atención dentro de la industria, y con un presupuesto irrisorio de 16 millones de dólares, consigue meter en el reparto a estrellas que suelen estar en megaproducciones que sobrepasan los 50 millones; es curioso ver, en una película tan modesta, a actores y actrices de la talla de Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, y hasta el gran Harvey Keitel (algunos repiten con el director, como Bill Murray, quien es la sexta ocasión que se pone a su lado).
El Cine de Verano de Gines continúa este fin de semana con la proyección de la cinta El increíble Hulk, protagonizada por Edward Norton y Liv Tyler.