Semana Santa
HASTA EL AÑO QUE VIENE
Se fue. Ya no es más que recuerdo y algún que otro milagro sujeto al alma. En cuestión de horas, el tiempo implacable le ha quitado a Sevilla lo que más le gusta ser: Semana Santa. Hoy le dirán que es Domingo de Resurrección, le cargarán las tintas con pesadas homilías machacando que esto es lo más importante. Pero la liturgia de esta ciudad hace ya mucho que tiene el sepulcro vacío y la vida llena de vida. ¿Qué era la Resurrección y la Vida sino los niños batiendo palmas en el Salvador? ¿Qué era la Resurrección y la Vida sino el aroma de Dios desde los naranjos en flor? ¿Qué era la Resurrección y la Vida sino la certeza de la Gloria por Triana y La Macarena?
