Chipiona ha logrado dar solución a un problema enquistado desde el año 2001. Con esas palabras se congratulaba el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Chipiona, Tano Guzmán, de la conclusión de la excavación del yacimiento de ‘El Olivar’, algo que, afirma, “va a abrir una nueva vía de musealización”.
El pasado viernes 26 de febrero se daba un paso definitivo con las piezas expurgadas que, depositadas en sacas, han sido enterradas, bajo control y supervisión arqueológica, en una parcela municipal con la autorización de la Delegación Provincial de Cultura.
El resto de las piezas, debidamente inventariadas y ubicadas en cajas normalizadas, esperan el informe arqueológico final para que puedan comenzar los trámites para constituirse en la colección fundacional del Museo Arqueológico Municipal de Chipiona, ha anunciado Guzmán.
El yacimiento romano de ‘El Olivar’ corresponde a una villa con un complejo alfarero anexo. La perduración en el tiempo del alfar abarca desde el siglo I d.C. al II d.C., mientras que la del complejo agrícola tiene sus inicios en el siglo II a.C., documentándose su abandono en el V d.C. En él se encuentran documentados una zona residencial, un alfar con varios hornos, necrópolis y estructuras hidráulicas como una noria para la extracción de agua.
Las primeras referencias sobre el Yacimiento de ‘El Olivar’ datan de 1951, pero no fue hasta la década de los 70 cuando pudo constatarse de manera sistemática la existencia del mismo con diferentes catas realizadas por aficionados e investigadores.
En 2001 se ejecutó la única excavación, con carácter de urgencia, sacando a la luz la importancia del enclave, hasta el punto de iniciarse el procedimiento de catalogación como Bien de Interés Cultural, con infructuoso resultado.
Los restos obtenidos de esta excavación han sufrido un periplo desde entonces, pasando por instalaciones municipales de toda índole, desde el archivo municipal hasta naves municipales, sin librarse de varias vicisitudes que han puesto en peligro su integridad y custodia, como el derrumbe del techo de la nave de la calle Manzano en el momento en que se ubicaban allí.
Tras veinte años y gracias al Plan Aire de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Chipiona, con la Delegación de Cultura al frente, tomo la decisión de regularizar ese material procediéndose al expurgo, limpieza, siglado, catalogación y dibujo de todo el material conservado. Esos trabajos fueron llevados a cabo por el arqueólogo local Jesús Rodríguez Mellado.