“Hasta el siglo XVI era una zona pantanosa cubierta de polvo en verano e inundada en invierno. Antiguamente, el río Guadalquivir se ramificaba en dos brazos, el primero conocido como la Laguna de Feria y el segundo denominado Compás de la Mancebía, cubierto de aguas estancadas y muy pestilentes. Para intentar paliar esta situación, el entonces asistente Francisco Zapata de Cisneros, conde de Barajas, inicio las obras de la Alameda en el año 1574, rellenando la laguna con cascotes (procedentes de derribos) a razón de dos mil cargas semanales, hasta el año 1578. Además de plantar álamos, naranjos y cipreses, se contrató al arquitecto Juan de Oviedo para embellecer la plaza transportando desde la calle Mármoles dos columnas pertenecientes a un templo romano”……………
José Elías Bonells