Comienza la tradicional novena en honor a la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla y de su Archidiócesis, que se celebró el primer día 6 de agosto, hasta el próximo martes 14 del mismo mes. El culto más multitudinario de los que en tienen lugar en la ciudad hispalense durante todo un año, llegando a albergar con una capacidad máxima de 4.000 personas.
En la tarde del pasado 5 de agosto, la imagen fue trasladada en la intimidad desde su Capilla Real hasta el altar del Jubileo, el lugar que el Cardenal Amigo Vallejo modificó para que pudieran asistir un mayor número de público, ya que anteriormente era en el trascoro, detrás de la Puerta de la Asunción.
Estos cultos litúrgico, empezó a las ocho de la tarde presidido por El obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra, y este año contó con la predicación del Rvdo. Marcelino Manzano Vilches, director espiritual del seminario y delegado diocesano de las hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla.
La Virgen de los Reyes ya se posa sobre su paso de tumbilla que preside la novena, situada delante del altar de Laureano de Pina y flanqueada por San Isidoro y San Leandro, la patrona está entronizada en su paso de palio de tumbilla, donde permanecerá hasta el 15 de agosto, hasta la misa estacional que presidirá después de realizar la procesión de tercias por las gradas de la Catedral en una de las mañanas más esperadas por los sevillanos.
De nuevo, vuelve a lucir el manto azul de culto, el mismo que ha llevado en el besamanos, donado por la Asociación de fieles a principios de los años 80. Por otro lado, luce la saya a juego de Esperanza Elena Caro, el pecherín de las amatistas.
En la delantera, se encuentra uno de los bastones de alcaldesa perpetua que posee. Además, a sus pies, hay una rosa que donara el cardenal emérito, Fray Carlos Amigo Vallejo, un fiel devoto de la Virgen de los Reyes. Además, lleva la corona de filigrana de oro, de Manuel González Rojas en 1876, utilizado en los dos besamanos, en la novena y en la octava. Una pieza antigua y segunda presea quizás de más valor de la Virgen de los Reyes después de la portentosa joya que luce en su sien cada 15 de agosto.
En la delantera se encuentra uno de los bastones de alcaldesa perpetua que posee, estrenando el cojín azul por primera vez en la novena, pieza que hace posar los pies de la Virgen
Este manto será sustituido por el verde para su procesión del 15 de agosto, que ya llevará el día 14, último día de su novena. Uno de los dos más antiguos que posee junto al blanco, ambos donados por la Reina Isabel II. Una pieza datada de 1853, de un gran valor artístico, confeccionado por las hermanas Margarita y Rosa Gilart Jiménez, dos mallorquinas encargadas de bordar en la cámara de la Reina. En todo momento, la Reina se encargó del diseño y la supervisión de este manto que representa la sabiduría, la alegría y la entrega.
Fotos Antonio Rendón Domínguez