El rótulo de la plaza dedicada en la capital gaditana a Rocío Jurado continúa sin ser adecentada dos años después de que fuera denunciado su estado de abandono por el que por entonces era presidente de la asociación RJ La más grande, Manuel Jurado Domínguez que ahora, en declaraciones a la radiotelevisión municipal de Chipiona, ha pedido que el consistorio gaditano retome el asunto y de al recuerdo de la universal artista el lugar digno que se merece.
En marzo de 2017, Jurado Domínguez dirigió un escrito al alcalde de Cádiz, José María González, a través de su concejala de Cultura, Eva Tubío, en el que exponía el estado de abandono en que se encontraba dicha plaza y particularmente el azulejo con el nombre de la artista, que se hallaba rodeado de cuadros eléctricos.
Jurado Domínguez en su escrito subrayaba que Rocío Jurado es nuestra artista más universal y embajadora de Cádiz, Hija Predilecta de la Provincia, Hija Adoptiva de la capital, Medalla de Andalucía, Medalla del Trabajo y Voz del Milenium, entre otras muchas distinciones recibidas a lo largo de su esplendorosa carrera profesional. Por ello, reclamaba al primer edil gaditano que fuera retomado el adecentamimento de dicha rotulación y el entorno. Afirma así mismo que la recordada artista siempre tuvo a Cádiz y al Teatro Pemán como santo y seña de su amor gaditano, llegando a ser pregonera de su prestigioso carnaval.
La concejala de Cultura en aquel momento, Eva Tubío, contestó a Jurado Domínguez que daría traslado a la delegación municipal competente para que actuara asegurando que “sin duda Rocío Jurado lo merece”.
A fecha de hoy, el monolito en el que se ubica el pobre azulejo que rotula el nombre de la plaza continúa en la misma situación de abandono, o incluso peor. Jurado ha tenido la oportunidad de hablar con el alcalde gaditano, que le comentó otras ideas para que haya un homenaje permanente a la artista en la ciudad.
Cabe recordar que la plaza se inauguró en un gran acto institucional en agosto de 2001 en presencia de Rocío, su marido José Ortega Cano, la alcaldesa y el presidente de la Diputación de la época, Teófila Martínez y Rafael Román, así como numerosos cargos públicos y admiradores. Las posteriores obras de construcción de un aparcamiento dejó un tanto relegada la plaza, que ya no llega ni a serlo, y el monolito donde se ubica el rótulo se ha convertido en espacio para cuadros eléctricos.