El barrio malagueño de El Palo acudió al completo a despedir al pequeño Julen el pasado domingo. Este barrio vio nacer al pequeño que con sólo dos años cayó en el pozo de una finca en Totalán (Málaga) y durante 13 días su rescate mantuvo en vilo a toda España .
En el tanatorio de El Palo se congregaron los familiares y vecinos del pequeño (y un fuerte dispositivo policial) cuyo cuerpo fue trasladado después de realizarse la autopsia en el Anatómico Forense de Málaga.
Este domingo tenía lugar una misa y el entierro. Tras un largo desfile de coronas de flores, aproximadamente a las 12:30, la familia secundó el traslado del féretro con el cuerpo del pequeño del tanatorio al cementerio donde tuvo lugar un acto religioso y, posteriormente, a las 13:30 la inhumación. Las cámaras de televisión y los flashes de las cámaras intentaban captar el momento en que el padre y la madre de Julen, José Roselló y Victoria García, entraban al cementerio.
El silencio absoluto al producirse el traslado del féretro fue seguido, casi instantáneamente, de una lluvia de aplausos de los reunidos para despedir al niño, unos cientos, todos vecinos de El Palo. «Hoy, en realidad, somos todos familiares», contaba un vecino que aseguró que el pequeño fue enterrado al lado de su hermano Oliver quien falleció hace dos años.
Después de unos veinte minutos, salió la familia, primero el padre y la madre, con los rostros desencajados de dolor y envueltos también en aplausos. A la inhumación también asistieron algunos políticos como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre y el de Totalán, Miguel Ángel Escaño.