En días pasado en el Círculo Mercantil e Industrial de la Calle Sierpes 65, se realizó una ponencia, sobre los 25 años de la Expo´92 por el conferénciate D. Ignacio Montaño Jiménez. Este veterano cofrade Ilipense, prestigioso escritor y conferenciante, es economista de formación y profesión, fue interventor General del Estado y ha pronunciado múltiples pregones, entre otros el de Semana Santa de Sevilla en 1997. Asimismo fue Comisario del Pabellón de Sevilla de la Expo`92, acontecimiento del que se cumple 25 años. Ignacio Montaño Jiménez, entre otras, pertenece a las Hermandades de la Soledad de Alcalá del Río, del Cachorro y de las Aguas de Sevilla.
Con dicho acto se está iniciando las actividades de la Institución Cultural creada en 1989 por D. Antonio Busto Rodríguez para el fomento y la difusión de la cultura sevillana.
D. Ignacio Montaño, desde su actual remanso de la Intervención de Hacienda en Andalucía, se define como sevillano entusiasta de Sevilla. El ponente a firmo que la celebración de la Exposición Universal, según todo los que han considerado el tema nace de una declaración que hace su Majestad el Rey en el 76. Que por primera vez cruza un Rey el charco; va a la República Dominicana. En el año 1981, siendo ministro de Hacienda Jaime García Añoveros (yo estaba de interventor general de la Administración del Estado), un día nos llama el ministro y nos dice que van a venir el presidente del ICI, que era el embajador Prado y Colón de Carvajal con un equipo en el que estaba Guadalupe Muñoz Sampedro y el embajador López Shomer y algunas otras personas y que por parte del Ministerio de Hacienda íbamos a estar el subsecretario, el director general de Presupuesto y yo, tanto por mi condición de interventor general como por el hecho de ser sevillano. El ministro aparecía con ganas de enterarse un poco pero sin prisa. Nos enteramos de la intención manifiesta por el Rey. Yo, al ser sevillano, me manifesté entusiasta desde el principio por esa idea. Se aprobó y como consecuencia de aquello cuando se hizo el primer consejo de administración de la sociedad que en principio se llamó de Acto Conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América.
Formé parte del primer órgano encargado de organizar la Exposición. Curiosamente uno de los que también formó parte de él desde el principio fue el profesor D. Manuel Olivencia Ruiz. Ahí hicimos una amistad que determinó que cuando a él lo nombrara comisario me llamase para venir con él al equipo. De tal manera que en las solapitas que daban en la Expo para la identificación, creo recordar que yo tenía el nº 2. Yo estuve en ella hasta el año 91 de director general. Cesé en junio y en septiembre el Ayuntamiento de Sevilla me llamo par ser comisario de la Ciudad y estuve hasta el 13 de Octubre del 92.
El sevillano se identificó desde el principio espectáculo con la Exposición, incluso superando el mes de abril y los primeros días de mayo, a la afluencia de visitantes extrajeron, que fue muy poca. Al principio fuimos los sevillanos los que levantamos la Exposición a base de ganas, de entusiasmo. Y si el entusiasmo se manifestó yendo a la isla, no fue menor que asistiendo a las diversas sedes y de manera muy especial a la Magna Hispalense dentro de la Catedral. Entre los mandatarios que la visitaron era opinión de muchos que se trataba del mejor pabellón de toda la Exposición. La ciudad a nivel de imagen, gozaba de buena salud. Recuerdo una encuesta que se había hecho años antes en la Quinta Avenida de Nueva YORK, en la que Sevilla aparecía como una de las cinco ciudades más conocida del mundo, pero un treinta por ciento de los entrevistado consideraba que era una gran ciudad italiana.
Andalucía tenía 150 Kilometro de de autovías y acabó con 1500. La estación de Santa Justa es maravillosa y el aeropuerto quizás será el primero donde hubo una concepción artística sobre el carácter normalmente funcional de este tipo de edificio. También hacían falta esos cambios de mentalidad, pero yo recuerdo de Sevilla que aumentaron un trescientos por cientos las academias e informática. Eso solamente con el impacto de la Expo. Pero lo que quizás pasó en la ciudad hispalense fue que faltó fe. La Expo era un fenómeno controvertido, difícil de dirigir. Se había concebido fuera del ámbito sevillano.
Cuando se vio que no se creía en el proyecto del 93 nos encontramos con que esa falta de fe, a corto plazo, creo bastantes problemas. Pero ya no es una magnifica ciudad Italiana, ya que es una extraordinaria ciudad o una ciudad con luces y sombras, pero que todo el mundo conoce y de la que todo el mundo admira a sus muchas cosas admirable.
Foto Antonio Rendón Domínguez