Javier Jiménez saludó tras la faena al quinto de La Quinta, un toro que fue ovacionado en el arrastre en la primera corrida de la Feria de San Isidro 2017. Por el pitón izquierdo permitió que el sevillano firmara los muletazos con mayor eco en los tendidos. La cara amarga fue la cogida de David Galván en su primer toro, que tras quedar inconsciente en el ruedo, fue trasladado a la enfermería donde se le diagnosticó una probable factura en el codo izquierdo. Alberto Aguilar demostró, una vez más, su firmeza y capacidad ante toda clase de toros.
El arranque de San Isidro estuvo condicionado por el frío y la lluvia, y en ocasiones las rachas de viento. También por el juego de los toros de La Quinta, una corrida seria de presencia y con trapío, un punto por encima del tipo del encaste de Santa Coloma, que contó con toros nobles y otros complicados e imposibles, como fue el segundo, el que hirió a David Galván y que fue aplaudido de salida. Por ambos pitones se orientó rápido y no permitió ni un muletazo sin venirse al cuerpo.
El quinto mostró complicaciones en los primeros tercios, con algún arreón que obligó al matador a tomar el olivo y al banderillero lidiador. En cambio, con la muleta por el pitón izquierdo se desplazó con recorrido y Javier Jiménez supo mandar sobre él para ligar series, justo la carencia que tuvieron sus otras faenas por la condición de los toros. Con el tercero anduvo mal con la espada y con el sexto le llegaron a sonar dos avisos de igual manera.
Alberto Aguilar volvió a convencer por su seguridad y por su toreo al natural con el noble y serio primero. Llevando la muleta arrastrada, tuvo emoción una faena que no fue redondeada por el pitón derecho por donde protestó más el animal. Con el cuarto, cornipaso, hizo notar su capacidad con un toque seco con la muleta que obligó al animal a embestir, de nuevo de mejor forma por el izquierdo.
Asistencia: 12.482 espectadores