- Última actualización el 28 Abril 2017
La libertad de información ha estado, está y estará siempre amenazada. Sentada esta premisa, la Asociación de la Prensa de Sevilla considera que, en estos momentos, la libertad de información en España está más amenazada que nunca en la actual etapa democrática. Y lo está por la extrema debilidad del periodismo y de los periodistas. Cuanto más débiles, menos libres somos. Esta situación, extraordinariamente perniciosa para la buena salud democrática del país, afecta a los periodistas y a toda la sociedad.
Hoy, estamos sometidos a las presiones y al control del poder político, tanto institucional como partidario, y, sobre todo, a las presiones y al control del poder económico, que es quien realmente gestiona las principales empresas periodísticas de nuestro país. Esta dependencia, asumida y consentida por una parte de los responsables editoriales de los medios de comunicación, nos lleva a la censura y a la manipulación, y, por desgracia, a la autocensura del miedo y, en especial, a la autocensura del hambre, que es la más cruel y peligrosa de todas, de la que los poderes fácticos se aprovechan en su interés y beneficio. El paro y la extrema precariedad económica y laboral de los periodistas son, sin duda, los mayores enemigos de la libertad de información.
Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el día 3 de mayo, la Asociación de la Prensa de Sevilla hace un llamamiento a los periodistas, y a toda la sociedad, para defender, juntos, la libertad de información. Los profesionales del periodismo tenemos que rebelarnos y ser militantes radicales en este derecho irrenunciable. Que nada ni nadie nos calle. Por eso, exigimos: “Periodismo sin presiones, periodismo en libertad”.
A la vez, en un tiempo en el que la mentira, la llamada eufemísticamente posverdad, invade los medios de comunicación y las redes sociales, también hay que ser militantes radicales en la defensa de la verdad. Los periodistas y el periodismo tenemos que recuperar la credibilidad y la confianza de los ciudadanos. Esa recuperación pasa por hacer buen periodismo, por un periodismo de calidad basado en la honestidad. Por eso, nos exigimos: “Siempre la verdad, jamás la mentira”.