Llenazo total anoche en la Plaza del Altozano de Triana. El grupo Albahaca lograba con éxito convocar a cientos de personas ante el escenario allí mismo instalado, que servirá para presenciar los conciertos programados en los días señalaítos del universal barrio. Por cierto, se respira ya la expectación con Erika Leiva para el fin de semana.
Albahaca estuvo de cumpleaños feliz artístico: 30 en la cuenta siempre difícil del mundo del espectáculo en general y el de la música en particular. Y estuvo de lujo con invitados -y lo que es mejor, amigos- de lujo: José Manuel Soto, Arturo Pareja-Obregón, Rafa Serna, Pascual González con Cantores, César Cadaval de Los Morancos, músicos de la talla del pianista José Carlos Seco, respaldando con eficacia y reflejos sobrados las improvisaciones naturales de continuas actuaciones a base de grandes sorpresas. Alguien tenía que sostener musicalmente a tantas emociones y José Carlos Seco les dio cauce bellísimo con el talento de sus manos.
Paco Lola, el auténtico líder de Albahaca, la cara de Albahaca si me lo permiten, es un artista de los que no dejan de serlo ni durmiendo. Le conozco bien, le conozco desde hace un buen puñado de años y sé cómo se las gasta incluso cuando baja del escenario, cuando no lo pisa, cuando el ámbito de su presencia no es multitudinario ni televisivo y discurre por los secretos e íntimos cauces de lo familiar o la reunión con amigos de confianza, como en las noches de Miércoles Santo cenando en casa de Rogelio Gómez en cuanto entra El Baratillo. Es ocurrente, entretenido, versado en anécdotas, inteligente es muy rápido. Y ha legado incluso para la Semana Santa de Sevilla dos obras que serán al final de sus días las que lo entronizarán en la gloria artística, más allá, mucho más allá en siglos, de lo que alcance el recuerdo de todos los discos que grabó con Albahaca.
Me acogieron -nos acogieron, mejor dicho- a mi hermana Pilar y a mí en un reservado detrás del escenario. Soto se encargó personalmente de recibirnos. Y tras abrazarme con el cantante en uno de esos fuertes abrazos con los que sin hablar se dicen tantas cosas de tantos años, entonces me di cuenta de que la trastienda estaba llena de grandes amigos de Albahaca que, como incondicionales, no habían faltado a la cita: Manuel Melado, el Pregonero de esta Velá de 2014; Antonio Velasco, Lola Triana, Alvaro Figueiredo, Luis Miguel Martín Rubio, Alfonso el Cani, Fran Rabadán y su mujer, y también con la suya, Rocío Flores -¡qué encanto y qué guapa!- estaba Roberto Pardo, el autor de esta foto que le pedí como favor para dejar la bonita imagen de un complacido y feliz Paco Lola.
La noche terminó con el himno más popular e internacional que haya tenido la ciudad, coreado por todos los artistas juntos y reunidos en torno a Albahaca desde el escenario de la Plaza del Altozano, Sevilla tiene un color especial, que el hermoso enclave junto al puente trocó en color y aroma de Triana.