USA, 2013 Director: Sacha Gervasi. Guión: John J. McLaughlin y Stephen Rebello, sobre el libro de Stephen Rebello. Fotografía: Jeff Cronenweth. Música: Danny Elfman. Actores: Anthony Hopkins, Helen Mirren, Scarlett Johansson, Jessica Biel, Toni Collette, Danny Huston, James D'Arcy, Michael Wincott, Ralph Maccio.
La visión que tiene la mayor parte del público respecto a Alfred Hitchcock (como personaje al margen de sus cintas) es la de sus brevísimas apariciones en sus películas y sus presentaciones en la serie televisiva Alfred Hitchcock presenta. El humor del que hacía gala, sus frases irónicas y mordaces, su característico y orondo perfil, Es el Hitchcock divertido e ingenioso, y así nos lo muestran en este filme, pero también indagan en su lado oscuro, el que aparece en biografías como la de Donald Spoto; es el Hitchcock de mente enfermiza: voyeur, fascinado con las rubias, con un alto grado de perversión y, en el caso de Psicosis, muy atraído por determinados aspectos de la novela, basada a su vez en un psicópata real, Ed Gein, un tipo que llegó a desenterrar a su madre y acurrucarse en la cama con el cadáver.
Según los biógrafos más polémicos, la relación de Norman Bates con su madre fue el factor determinante para que Hitchcock realizara Psicosis; el propio cineasta tuvo una madre tan dominante y posesiva como la que tenía Claude Rains en Encadenados. Es algo que se insinúa en algunos momentos de Hitchcock: el guionista Joe Stephano habla de su madre cuando va al psiquiatra, el actor Anthony Perkins le explica al director su fuerte relación con la suya; en esos diálogos, la mirada del mago del suspense se congela en un gesto de atención, y parece elegir a su equipo en función de sus neuras mentales.
La puesta en marcha y el rodaje de Psicosis es el pretexto que usa esta cinta para indagar en la personalidad del maestro del suspense, con especial atención a la relación con su esposa Alma Reville, compañera, guionista, consejera y soporte vital del director. Es un matrimonio carente de pasión, de los que sobrelleva una convivencia rutinaria, unidos por la profesión y por el absoluto entendimiento entre ambos; es una pareja que ha caído en la monotonía de soportarse mutuamente, en la comodidad de una vida que los dos se han ganado a pulso. Pero ambos necesitan un revulsivo, y la idea de hacer Psicosis es el motor que va a agitar el universo de esta vida perfecta.
Es lo mejor que tiene Hitchcock: el retrato de esta pareja, con una excelente Helen Mirren como la mujer que siempre está en la sombra, apartándose discretamente de los focos para que sólo brille el genio de su marido, aguantando las manías, obsesiones y cabezonerías de su marido, apoyándolo en todo, incluso en aquello en lo que no creía (nadie, excepto Hitchcock, creía en Psicosis, por lo que el director tuvo que financiarla con su propio bolsillo).
Lo demás es contar cómo se fraguó el proyecto, los enfrentamientos del director con la Paramount y con la censura de la época, la búsqueda del reparto, los problemas en el rodaje, y algún que otro dato curioso ya conocido por los más cinéfilos, como la discusión entre el realizador y el compositor Bernard Herrman (Hitchcock no quería que hubiera música en la escena de la ducha).
En el lado negativo de la cinta está el casting y caracterización de los personajes; el maquillaje de Anthony Hopkins es penoso (cualquier parecido con Hitchcock es mera coincidencia); Scarlett Johansson no es Janet Leigh ni de lejos, y aún peor es intentar que Jessica Biel nos recuerde a Vera Miles. Sólo se salva James D'Arcy encarnando a Anthony Perkins, con el mismo aire de timidez y los gestos característicos de Perkins. Poner caras conocidas a rostros que ya conocemos genera el problema de sacarnos de la película y crear el efecto de no creernos lo que estamos viendo.
A eso hay que sumarle una realización algo plana que nos da la sensación de estar viendo un telefilme de lujo. Hay mucho desapego y poca emoción en este relato (sólo en algunos momentos entre Hopkins y Mirren). Hitchcock se queda en una cinta correcta, entretenida, se deja ver. Una lástima que uno de los directores más aclamados de todos los tiempos no haya tenido su gran biografía cinematográfica, y que esta cinta no le haga demasiada justicia.