USA, 2011. Director: Nicolas Winding Refn. Guión: Hossein Amini, sobre la novela de James Sallis. Música: Cliff Martinez. Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Ron Perlman, Christina Hendricks, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Albert Brooks, Tina Huang, Joe Pingue, Christian Cage, James Biberi.
Para cualquier espectador que se acerque a un multicines y elija su película en función de lo que ve en el poster, hay títulos que resultan engañosos. Algunos hacen pensar en una comedia y no incluyen el tinte dramático con el que luego nos topamos, y viceversa; otros prometen mucho y provocan decepción. Y los hay que esconden una sorpresa tras una imagen que no llama demasiado la atención. A la vista del poster de Drive cualquiera podría pensar que se trata de la típica película de acción con un conductor intrépido, en la línea de Transporter o A todo gas, es decir, una peli del montón. Y lo que encontramos finalmente es algo que se aparta por completo de la corriente habitual de este tipo de cintas. Drive es cine negro del que rara vez se ve en la cartelera, filmado con elegancia y convirtiendo escenas de persecución en momentos de suspense; el arranque es magistral, describiendo a la perfección la destreza del protagonista al volante y la inteligencia a la hora de eludir a sus perseguidores. Uno de los aspectos más fascinantes es el contraste que se produce, a lo largo de toda la cinta, entre la dulzura y la brutalidad, tanto en las situaciones que plantea como en el propio rostro del protagonista. Un momento de relax puede interrumpirse brúscamente con el estallido de una escopeta que le vuela la cabeza a un personaje, y un romántico y sensual beso puede preceder al destrozo de un cuerpo a pisotones. Lo mismo ocurre con la cara del actor Ryan Gosling, capaz de mostrar la mayor ternura e instantes después el salvajismo del peor de los psicópatas. Drive también posee algo de western; el protagonista es un forastero que se establece en Los Ángeles y del que no sabemos de dónde viene o cómo adquirió sus habilidades, tampoco a qué se debe su carácter tan frío y hermético; ni siquiera sabemos cómo se llama (jamás se pronuncia su nombre en la película). En suma, estamos ante una cinta que ofrece mucho más que las peripecias de un conductor temerario; posiblemente sea el mejor thriller de 2011, con una atmósfera que se respira y numerosas secuencias que cortan el aliento.