En la antesala del LXIV Campeonato de España de yolas, que este fin de semana se está celebrando frente a las instalaciones del Club Náutico Sevilla, la entidad hispalense aprovechaba la ocasión para realizar un reconocimiento público a la persona que más tiempo lleva vinculada a la sección de remo: Cándido Morales.
Tras la reunión de delegados previa a la cita nacional y el posterior bautizo de botes del Náutico con los nombres de sus 13 presidentes y de tres ilustres representantes de la boga local, Fernando Climent, Enrique Castelló y José Manuel Cañete, la jornada del viernes se cerró con otro homenaje, en este caso a una de las personas, cómo no, íntimamente vinculada al mundo del remo en el Náutico. Y en el deporte sevillano en general debido a su profesión.
El que fuera hasta hace pocas fechas chófer oficial de la sección en el club hispalense, ya jubilado, se veía sorprendido por buena parte de todos los que le han rodeado en su trabajo estos años. Y no sólo en el Club Náutico. Remeros, ex deportistas, entrenadores y directivos quisieron acompañarle en un emotivo homenaje en el que no faltaron los presentes. De todo tipo. El Náutico le hizo este sentido entrega de un bote de madera restaurado, un skiff bautizado con su nombre. De la misma forma, aunque en este caso a escala, los remeros le regalaron una réplica en miniatura de un dos sin timonel, mientras que representantes de la boga catalana le obsequiaron con una maqueta de un skiff. Por su parte, los remeros del Betis le entregaron un cuadro con fotos, la Federación Asturiana una placa, el Círculo de Labradores un álbum con fotos de recuerdos, al igual que Carlos Molina, e incluso una ristra de ajos, por parte de un árbitro catalán, en busca de la buena suerte. Asimismo, recibía sendas cartas de dos ausentes por motivos laborales, José Antonio Muñoz Anchoa y José María de Marco, en la que se desgranaban la historia y vivencias de Cándido.
Pero también era homenajeado por la Federación Española y Andaluza. Esta le hacía entrega de una placa por parte de su presidente, Francisco Moya, mientras que la primera, de la mano de su máximo dirigente, Fernando Climent, le concedía su Insignia de Oro, de la misma forma que hacía posteriormente el Club Náutico Sevilla, en este caso por medio de su presidente, Eladio García de la Borbolla. Por toda una vida dedicada al remo, ¡gracias, Cándido!