
El hermano mayor de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo apela a la responsabilidad de las hermandades en la lucha por la vida.
El médico y hermano mayor de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, José Manuel Albiac, señaló en la concentración de este sábado en Sevilla en protesta por la celebración de un encuentro internacional abortista, que las hermandades y cofradías deben tener una presencia activa en todos los actos en defensa del derecho a vivir.
Esta es la intervención de José Manuel Albiac durante la concentración del 23-O:
Buenos días, os hablo en esta magnífica mañana que invita a la vida, como médico y como cofrade de Sevilla.
Sevilla ciudad de la luz y del color, ciudad del olor y de la belleza, ciudad Noble, Mariana e Invicta no puede consentir que en su seno se celebre un congreso pro oscuridad y tinieblas, pro muerte y destrucción.
Como médico, tengo que denunciar que se celebre en nuestra ciudad un congreso pro abortista. Según nuestro juramento Hipocrático, que encierra una ordenación de normas éticas y conducta, y que entre otras cosas dice: no administraré abortivo a mujer alguna y no cortaré, tallaré o mutilaré, es contra natura y cruel ver en un congreso de médicos, cuáles pueden ser las mejores técnicas de descuartizar a un ser indefenso. A mí me enseñaron en la Facultad, que los congresos y las reuniones científicas donde se ponían de manifiesto los último avances en la investigación médica, iban encaminados a realizar un mejor diagnóstico, una mejor prevención y terapéutica para ayudar a conservar la salud y la vida, nunca para perfeccionar el camino a la muerte. Los médicos tenemos el fin primordial de defender la vida desde el momento de la concepción.
La responsabilidad moral de la profesión médica conduce a menudo a compararla con el ejercicio de un sacerdocio, donde somos merecedores de la confianza y la esperanza de que al entregarnos sus preocupaciones y sus patologías tanto psíquicas como somáticas, seremos los primeros en velar por su salud y su vida. Un niño concebido en el seno de la madre no es nunca un agresor injusto, es un ser indefenso que espera ser acogido y ayudado, nunca un médico debe colaborar en su muerte.
Como Católico y Hermano Mayor de una Hermandad de Sevilla, y según exhortó Juan Pablo II a los cristianos, tengo que defender a "cada ser humano desde la concepción hasta su ocaso natural", sirviendo fielmente el "Evangelio de la vida.
El mandamiento de Dios es formal: "No matarás" (Éx 20, 13). La vida al mismo tiempo que un don es una responsabilidad: recibida como un "talento" (Mt 25, 14-30), hay que hacerla fructificar. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente" (53).
El primer derecho de una persona humana es su vida. Ese sería el grito angustiado que el feto o bebe que habita en el sagrario de la vida que es el útero materno, le dirigiría a su madre si descubriera en su mente la negrísima intención de abortarlo
Las hermandades de Sevilla tenemos que ser las primeras en salir a defender la Vida participando en actos como este, con nuestro testimonio en la Cofradía, mi Hermandad ha estrenado este año el guión de la Vida, con nuestras oraciones, con la formación de nuestros jóvenes, y colaborando con Fundaciones en defensa de la vida. Muchas Gracias.

