Ayer viernes 18 de junio, minutos antes de las 14.00 horas, falleció en su residencia de Lanzarote José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998 y Socio de Honor de la Asociación de la Prensa de Sevilla ciudad con la que estaba especialmente relacionado el autor de "Memorial del Convento" y con la que mantenía una relación muy intensa y sentimental al ser esposo de nuestra compañera periodista, la sevillana Pilar del Río.
Nuestro Socio de Honor siempre se mostró muy interesado por la realidad sevillana y llegó a conocer buena parte de la clase política local, en particular, y andaluza, en general. El Nobel de Literatura fue destinatario de honores y reconocimientos muy destacados en la ciudad de Granada, así como en el pueblo granadino de Castril, del que era oriunda su compañera sentimental, Pilar del Río.
La nominación de Socio de Honor de la Asociación de la Prensa de Sevilla se hizo pública en la tradicional gala celebrada en el Hotel Alfonso XIII de la capital hispalense con motivo de la festividad del patrón de los periodistas, san Francisco de Sales, en el año 2008. Este reconocimiento a José Saramago por parte de la Directiva de esta Asociación fue adoptado por unanimidad.
Hay que añadir que Saramago siempre mostró un afecto muy especial por el universo sevillano, tan complejo como enriquecedor, y se sintió notablemente atraído por los valores de este patrimonio espiritual que el insigne escritor portugués permanentemente subrayó y reconoció como muy cercanos a su memoria vital y sentimental.
A medio camino entre esa aldea próxima a Lisboa que siempre llevó en la pluma y en el alma y el pedazo de España que también hizo suya, José Saramago iniciará su último viaje en los escenarios que forjaron su literatura. De la pequeña Azinhaga a la aún más pequeña finca de Lanzarote donde ha residido sus últimos años junto a su gran amor, Pilar del Río.
Es precisamente en la isla donde el literato recibe los primeros homenajes. Desde media tarde de este viernes, decenas de personas han pasado por la capilla ardiente. Modesta, montada en la biblioteca de su propia fundación, rebosa de la humildad que mostró en vida y se sitúa, por qué no, con la mirada puesta en los simbolismos. Desde las lecturas de sus obras que se han escuchado en la sala hasta el paño sobre el que descansa su cabeza, bordado con la frase 'Estaremos extrañamente conectados a la bondad del mundo", enviada por un lector argentino.
Este sábado, su cadáver será trasladado a Lisboa más allá de las diez de la mañana para ser honrado en el Salón de Honor del Ayuntamiento de la capital lusa primero y finalizar el viaje en el cementerio Alto de Sao Joao el domingo, donde será incinerado. Parte de las cenizas del escritor se quedarán en Portugal y el resto se depositarán, como él quería, debajo de un olivo, en el jardín de su casa en Lanzarote.
Conmoción en todos los ámbitos Hombre tranquilo pero locuaz, con las ideas claras y una filosofía de vida muy marcada, no fueron pocos los detractores que halló a lo largo de su trayectoria por mor de sus escritos. Sin embargo, prevalecen las condolencias en estos momentos en los que personalidades de todos los ámbitos dentro y fuera de Portugal coinciden en señalarle como una figura trascendental de las letras.
El mismo José Sócrates, primer ministro, convocaba un Consejo de Ministros extraordinario para emitir un decreto de luto nacional por el fallecimiento del Nobel de Literatura que se extenderá los próximos dos días.
Asimismo, varios personajes del ámbito de la política también han manifestado sus condolencias. Entre ellos, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero o la presidenta de Argentina, Cristina Fernández Kirchner.