En el 25 aniversario de la medalla de plata olímpica de Los Angeles 1984, que se cumplió el pasado día 10, el presidente de la FEB recuerda que aquel fue un agosto inolvidable y ha querido destacar que durante todos estos años ha sido para toda una generación de españoles una referencia histórica de nuestra pasión por el baloncestoEn el 25 aniversario de la medalla de plata olímpica de Los Angeles 1984, que se cumplió el pasado día 10, el presidente de la FEB recuerda que aquel fue un agosto inolvidable y ha querido destacar que durante todos estos años ha sido para toda una generación de españoles una referencia histórica de nuestra pasión por el baloncesto.
José Luis Sáez considera que aunque de aquellos Juegos Olímpicos se cumplen ya 25 años, son sólo 25 años, parece que fue ayer porque aquella medalla de plata ha sido para toda una generación de españoles la mayor referencia histórica de nuestra pasión por el baloncesto. El presidente de la FEB añade que ahora, un cuarto de siglo después de aquel agosto inolvidable, muchos de quienes entonces lo vivimos y lo dormimos en función de los partidos de nuestra Selección lo seguimos haciendo verano a verano, cada cual desde su cargo pero todos con idéntico sentimiento de ilusión por un deporte, nuestro baloncesto, que en gran medida aprendimos a amar gracias a aquel equipo.
Sáez destaca como un motivo de orgullo que la FEB reúna este domingo en Murcia a gran parte de los componentes de la Selección de 1984 para hacerles llegar un merecido homenaje y las mayores muestras de agradecimiento de todo un deporte y de todo un país volcado en él. El presidente de la FEB recuerda que en esta próxima cita tristemente no podrán estar todos y asegura que gran parte de nuestros recuerdos estarán dedicados a dos de los protagonistas de aquella medalla legendaria, Antonio Díaz Miguel y Fernando Martín, a cuya ausencia nunca nos podremos acostumbrar.
Para José Luis Sáez será además un doble motivo de orgullo poder reunir a los miembros del equipo de Los Angeles junto a la actual Selección -que, como aquella, también es brillante subcampeona olímpica, además de campeona de mundo- porque considera que los éxitos de los que ahora gozamos son sin lugar a dudas herederos del espíritu con el que aquel Equipo dejó huella en la historia de nuestro baloncesto.
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