Solamente darte las gracias porque tu gestión ha sido positiva para el baloncesto pero también para el deporte español en general; y en especial porque tu presencia en Ginebra ha sido decisiva para que la candidatura de España al Mundial 2014 fuese la elegida. Así recibió José Luis Sáez a Jaime Lissavetzky antes de colocarle en su chaqueta la insignia de oro y brillantes de la FEB, la más alta distinción de esta federación deportiva.
Yo me siento parte de este mundo del baloncesto y estoy orgulloso de pertenecer y tener amigos en él. Llevaré con muchísimo honor esta insignia de oro y brillantes comenzó Jaime Lissavetzky su discurso. También quiso hacer unas reflexiones y afirmó que hay momentos en los que uno tiende a dormirse en los laureles: cuando uno es campeón del mundo y plata olímpica, cuando se tienen éxitos en categoría femenina y en formación pero la gran virtud de Pepe Sáez y su equipo es que ha mantenido viva la ambición y la ilusión, una de las estrategias más acertadas de su gestión.
El secretario de estado para el deporte quiso recordar el éxito de la candidatura española al Mundial 2014: Organizar un campeonato del mundo es un grandísimo éxito, y siempre el éxito viene precedido de mucho trabajo. Y puedo asegurar que lo conseguido en Ginebra fue muy difícil. El proyecto era excelente, el mejor de todos con grandes diferencias respecto al resto de candidatos, pero como en el plano deportivo había factores externos y no todos eran favorables a nosotros. España puede hacer más por el baloncesto que Italia y China, es el que más vende baloncesto socialmente. Solamente espero que sigan manteniendo esa ambición, que se cumpla todo lo que se prometió en esa candidatura y convencer a los que nos votaron y a los que no votaron.
Por último Lissavetzky se despidió de todos los asistencias añadiendo que el deporte español está en la cima y tiene un valor añadido con el baloncesto. Sabéis que provengo del mundo de la investigación, donde hay un concepto que es la excelencia. En el baloncesto habéis sabido no ser conformistas, habéis sabido llegar a esta exigencia que nos lleva a la excelencia.
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