
Jesús Neira, el profesor que casi perdió la vida por defender a una mujer, no se considera un héroe, pero hoy ha salido del hospital Puerta de Hierro, al cabo de 256 días, arropado por centenares de amigos que le han cantado el 'cumpleaños feliz' y a los que él ha dicho que seguirá luchando contra la violencia machista.
A las 12.20 horas, Neira, que hoy cumple 56 años, en silla de ruedas y flanqueado por su mujer, sus hijos y el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, ha aparecido demacrado pero sonriente en el vestíbulo del centro hospitalario, donde le esperaban amigos, curiosos, pacientes y cientos de medios de comunicación a los que ha atendido sin perder la paciencia.
A pesar de la lluvia, el barro y el frío que había en los alrededores del Puerta de Hierro, Jesús Neira se ha subido al pequeño escenario para coger el micrófono, dar las gracias y afirmar que seguirá luchando contra la violencia de género.
"Soy una persona normal, pero, por supuesto, lo que esté en mi mano hacer contra la violencia, lo haré, sin duda alguna. Es incompatible una sociedad donde haya semejantes delincuentes, porque eso es lo que son, pequeñas cucarachas, y hay que quitarles la careta y expulsarles de nuestra vida", ha afirmado Neira.
Neira ha tenido palabras de agradecimiento para todos y, en especial, para su mujer, de la que ha dicho que le había asombrado su actitud y el coraje que ha demostrado durante todos estos meses, en los que le ha atendido a él, a sus hijos y su casa.
Durante su convalecencia, lo que más ha echado de menos han sido "poder respirar bien y controlar los movimientos" y "ese tipo de cosas secundarias" como ver televisión, que antes no le gustaba, o, incluso, meterse en un atasco, ha manifestado.
La jornada de mañana la dedicará a "leer la prensa y acudir a rehabilitación" y, por la tarde, irá a su despacho para "ver papeles y escribir algo".
Ha asegurado que tenía muchos sitios favoritos de Madrid, pero el que más le apetece contemplar ahora es uno "tranquilo", y ha soñado con "pasear en coche por la Casa de Campo".
La fiesta de bienvenida ha concluido con la entrega por parte del alcalde de Majadahonda de una corbata "simbólica" para que se la ponga cuando vuelva al trabajo, y el reparto de tarta y cerveza entre todos los asistentes.

