
Un grupo de cuarenta jóvenes brasileños está volcando su
energía y su talento en la denuncia de la esclavitud más allá de las
fronteras del municipio del que proceden, Açailandia.
«El espectáculo es un retrato de la explotación que sufren millares de
trabajadores brasileños que, a costa del trabajo forzado, generan riqueza y
venden la falsa imagen del desarrollo en Brasil». Carmen Bascarán, natural
de Oviedo, inició hace doce años una cruzada contra el trabajo esclavo que
actualmente sufren miles de brasileños en los latifundios, con la fundación
del Centro de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos de Açailandia.
«Quilombagem» es un espectáculo que, a través de la danza, la capoeira y el
teatro, realiza un paralelismo entre la esclavitud de la época colonial, en
la que los africanos eran enviados a Brasil como simple mercancía, y la que
hoy sufren las generaciones de trabajadores descendientes de esos antiguos
esclavos, sometidos a la explotación laboral y la miseria.
Este «canto a la resistencia, antigua y nueva, frente a la esclavitud», que
se encuentra de gira en España, se podrá ver mañana a las 21 horas en el
teatro Lope de Vega. «Estamos muy ansiosos por ver cómo reaccionan los
españoles con nuestro espectáculo. Si van a quedar asombrados o no les va a
importar y van a decir que el trabajo esclavo no existe. Eso último no lo
pueden decir...», señala el coreógrafo del espectáculo, Marcelo Granjeiro.
Los fondos recaudados se destinarán a la construcción de un centro cultural
en Açailandia. Este municipio de 110.000 habitantes se conoce como zona de
reclutamiento de trabajadores esclavos. «En un principio sólo acogíamos a
las personas que escapaban de las haciendas pero pronto comenzamos trabajar
con los más jóvenes, descendientes de esclavos, cambiando sus mentalidades
para que reivindiquen su derecho a la vida y la libertad». El centro también
recibe solicitudes de empleo, de vivienda y de asistencia de todo tipo.
Mediante su asesoría jurídica atiende casos de malos tratos contra la mujer
o violencia policial, entre otros.
Las denuncias recibidas son destinadas a las autoridades laborales,
judiciales o policiales. La consecuencia ha sido la liberación de miles de
trabajadores que se encontraban en condiciones similares a la esclavitud por
parte de hacendados que alegan ignorancia. El Centro ha trabajado con unos
5.000 jóvenes, algunos son ya instructores en las zonas más pobres.
FUENTE: ABC SEVILLA

