Isabel Pantoja cumplió con sus seguidores asturianos y ellos no le fallaron. No al menos en cuanto a la entrega y los vítores que la artista se llevó de Oviedo. Cerca de 1.500 enfervorecidos fans, mujeres en su mayoría, acudieron este fin de semana al estreno en el auditorio Príncipe Felipe de su espectáculo «Juntos otra vez».
Gritos de «guapa», «artista», «eres la mejor», acompañados de una gran ovación, recibieron en el recital del viernes la entrada en el escenario de Isabel Pantoja, muy elegante con un vestido morado con chal y zapatos a juego. La artista, muy sonriente, gesto que le acompañó durante todo el recital, recibió los piropos y la ovación que acompañan su entrada triunfal con besos al aire, abrazos, y reverencias al público, que no cabía en sí de gozo, y que terminó, en su mayoría, puesto en pie. La primera parte de su actuación, centrada fundamentalmente en baladas como el «Dos gardenias» del inolvidable Antonio Machín, fue la más íntima, la más romántica, y la artista, para poner a todo el mundo en ambiente, pidió que se bajaran las luces de la sala. Era su momento, el momento de unión entre ella y el público, refrendado por los piropos que la interrumpían continuamente. Pausas, voz desgarrada, la tonadillera se las sabe todas a la ahora de encandilar a su público. «Marinero de luces» y «Ojos verdes» desataron la euforia de sus fans. Y llegó el momento del tema «Así fue». La artista cantó entonces acompañada por sus fans y, viendo que la cosa iba como la seda, dejó al público metido en la interpretación mientras ella fue a cambiarse de ropa, presagio de que la parte coplera iba a comenzar. Por algo es «la reina de la bata de cola».
A pesar de que no llenó la sala ninguno de los días, Isabel Pantoja debió de irse encantada de su paso por Oviedo. Acostumbrada a que le digan «de todo menos guapa», este fin de semana se cambiaron las tornas.