El torero Curro Romero ha tomado hoy posesión como académico de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y ha definido el toreo como "inspiración, arte y armonía" y como "una forma de crear belleza sin otro instrumento que el capote y la muleta".
En su discurso, el torero ha asegurado que "no somos matarifes, aunque nos llamemos matadores" y ha dicho que cuando está en la plaza se siente "como los artistas en el proceso creativo", cuando la "armonía me sale más del alma que del cuerpo".
"Cuando te entregas, te olvidas de tu cuerpo, es como si vivieras un sueño" y "eso es lo que siempre he querido: transmitir todo lo que te va inspirando, dejándome llevar por la inspiración".
Aunque ha empezado su discurso diciendo que "está claro que estos no son mis avíos", lo que ha provocado las risas del público, Curro Romero ha leído un discurso plagado de referencias literarias en el que ha defendido lo que la fiesta nacional ha representado en la historia de España y la inspiración que ha supuesto para grandes artistas y poetas como Goya, Picasso, Alberti o García Lorca.
Su toma de posesión ha tenido lugar en la Casa de los Pinelo de Sevilla, en un ambiente solemne con los académicos vestidos de frac y chaqué, con sus medallas y condecoraciones, las señoras ataviadas con bolsos en forma de capote y otras reminiscencias toreras y muchos hombres con sombreros de panamá.
Curro Romero fue propuesto por la duquesa de Alba, académica numeraria que ocupó un lugar preferente en el estrado, y en su discurso tuvo palabras de agradecimiento hacia ella y hacia la condesa de Barcelona, madre del rey, a la que agradeció haber apoyado tanto a los que empezaban como a los toreros consagrados y que siempre era capaz de encontrar "algo positivo en las tardes malas".
De acuerdo con un ceremonial que data del siglo XVIII, el acto comenzó cuando el secretario y el vicepresidente de la Academia, como padrinos del nuevo académico, salieron a buscarlo y regresaron con él a la sala, donde el público esperaba en pie.
El acto se ha desarrollado en un salón renacentista ante unas cien personas y otras 200 que lo presenciaron en circuito cerrado de televisión, presidido por el traje de luces de raso corinto bordado en oro que el torero lució en su último paseíllo en la Maestranza sevillana y que ha donado con motivo de su ingreso.
Los espectadores estuvieron distribuidos según su pertenencia a grupos tales como tauromaquia, ganaderos, flamenco, autoridades o mecenas, aunque destacaban los aristócratas y la modernidad estaba representada por los modistos Victorio y Lucchino.
A nivel político, el Ayuntamiento sevillano ha estado representado por Rosamar Prieto, delegada de Fiestas Mayores, y también se dejó ver al comienzo el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, aunque se ausentó de inmediato para acudir a un acto de su partido.
Juan Miguel González Gómez, catedrático de Historia del Arte y vicepresidente de la Academia, ha glosado a Romero diciendo que "no tiene seguidores, tiene creyentes" y ha asegurado que es "un gran señor en el que confluye la nobleza del pueblo y la aristocracia del talento natural".
Entre el público, ha destacado la presencia de toreros como Espartaco, Julio Aparicio, Litri, Antoñete, Chicuelo, Julio Pérez "Vito", Cayetano Rivera o José Ortega Cano, así como Matilde Coral, el cantaor José de la Tomasa y el catedrático Manuel Olivencia.
Curro Romero puede presumir de ser profeta en su tierra. El diestro ha sido nombrado, en la capital hispalense, académico de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungria. A su lado, ha estado si inseparable mujer, Carmen Tello, y una de sus mejores amigas, la duquesa de Alba.
Los toreros más jóvenes también han querido mostrar su cariño y admiración a esta leyenda viva de los ruedos: José Tomás y Cayetano Rivera Ordóñez escuchaban atentamente el discurso de ingreso del maestro. Tampoco quisieron perderse estos instantes llenos de emoción los diseñadores Vittorio y Lucchino, quienes mantienen una excelente relación con Curro desde hace muchos años.
'Inspiración, arte y armonía'
Con estas tres palabras definía el 'Faraón de Camas' lo que para él supone el noble oficio del toreo. Lo que para Curro ha significado una forma de vida, "una forma de crear belleza sin otro instrumento que el capote y la muleta", como él mismo explicaba. En su discurso de investidura, el nuevo académico, ataviado elegantemente con el preceptivo frac, emocionó a los amantes de los ruedos.
El torero sevillano fue propuesto por la duquesa de Alba, académica numeraria, que ocupó un lugar preferente en el estrado, y en su discurso tuvo palabras de agradecimiento también hacia ella y hacia la condesa de Barcelona, madre del rey, a la que agradeció "haber apoyado tanto a los que empezaban como a los toreros consagrados y que siempre era capaz de encontrar algo positivo en las tardes malas".
El matador de toros Curro Romero ha tomado esta mañana posesión de su plaza como Académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla en un acto que ha contado con la presencia de numerosos matadores de toros y que ha tenido lugar en la Casa de Los Pinelo, sede de esta Real Academia.
En su discurso, Curro Romero ha dado las gracias a la Real Academia por este nombramiento y en especial a la Duquesa de Alba, que ha sido una de las que le ha propuesto para esta distinción. También ha nombrado a todos los toreros que le han acompañado, entre otros, Julio Aparicio y Litri padre, Pepe Luis Vázquez Silva , Ortega Cano, Emilio Muñoz, Cayetano, José Tomás, Antoñete y Rafael Chicuelo.
Curro comenzó su discurso diciendo que "la Tauromaquia es una de las Bellas Artes" y que entendía que este reconocimiento "no es a mi persona, sino a lo que la Fiesta Nacional ha representado en la historia de España a lo largo de los siglos".
Después utilizó la palabra armonía para adentrarse en su concepto del toreo: "Siempre entendí el toreo como esa armonía, un medio de expresar mi sentimiento", afinó más aún cuando dijo que "el toreo es armonía creadora de belleza". Curro mostró sus argumentos: "Desde que comencé he dicho siempre que los toreros no somos matarifes, que aunque nos llamemos matadores de toros y ese sea nuestro oficio, nuestro destino y nuestra voluntad es otra: la de crear belleza allí, como una escultura sin piedra, una pintura sin lienzo, una música sin notas, sin otros instrumentos que el capote y la muleta.. y elementos de las bellas artes como son el tiempo, el espacio y los terrenos".
Romero se mostró fiel una vez más a su concepto: "con veinte muletazos se es capaz de plasmar todo, de transmitir, de hacer suave lo que aparece violento, acariciar, eso es lo que siempre he querido", y añadió que torear para él ha sido "como si estuviera viviendo un sueño".
"Cada torero continuó- expresa sus sentimientos, yo he expresado los míos, sin engañar a nadie, porque nunca me he engañado a mí mismo".
Tuvo un guiño para la afición de Sevilla: "Me han esperado siempre, durante más de 40 años, y sé que la afición de Sevilla me ha entendido, respetado y querido", y para la Condesa de Barcelona, "que iba a todas las plazas y sabía ver siempre pinceladas de arte o algo positivo en tardes malas".
Terminó agradeciendo a la Real Academia el nombramiento "en nombre de todos los toreros que fueron, son y serán, no por este nombramiento mío sino por reconocer que la Tauromaquia ha sido siempre una de las bellas artes".
El acto contó con la participación de la presidenta de la Real Academia, Isabel de León Borrero, y la figura de Curro Romero fue glosada por el vicepresidente de esta institución, Juan Miguel González Gómez.