Esta próxima Feria de Abril se va a imponer el color malva. Lo dice Aurora Gaviño, toda una autoridad en la materia. Aurora, cuya familia lleva medio siglo dedicada a los trajes de flamenca, es una diseñadora sevillana que en su día vistió de gitana a Rocío Jurado y a Carmen Ordóñez. Y que sigue vistiendo a María Jiménez y a María Teresa Campos, entre otras famosas. El viernes presentó su nueva colección en la pasarela sevillana del Salón Internacional de la Moda Flamenca.
PREGUNTA: Alma se llama su desfile. ¿Es porque ha puesto el alma?
RESPUESTA: Siempre pongo el alma y mi sello personal. Dentro de lo que es la moda, yo voy a mi bola. Intento crear mi propio estilo. Lo bonito para mí es que la gente reconoce mis trajes sin ver la etiqueta.
P.: ¿Cuántos años lleva en esto?
R.: Mi familia ha vendido trajes de flamenca desde hace cincuenta años, pero la primera que puse taller y empecé con el diseño fui yo, hace seis.
P.: ¿A qué edad le pusieron su primer traje de flamenca?
R.: Uf, era tan bebé que aún no tenía pelo y me tuvieron que pegar el clavel en la cabeza con una tirita.
P.: ¿En qué se ha inspirado este año?
R.: Por un lado está el toque oriental, de Arabia, Turquía... Se pueden ver moneditas, pendientes con la flor de lis o el ojo turco. Es que estuve de crucero con la cantante María Jiménez, que además de clienta es muy amiga mía, y terminamos en Estambul. Eso me ha influido, pero lo curioso es que antes de conocer esos países ya me salía ese mundo árabe como si lo llevara en las venas. Debe de ser cosa de alguna reencarnación.
P.: ¿Volvieron igual de amigas tras el viaje?
R.: ¡Digo! Estuvimos diez días juntas. Es verdad que a veces con la convivencia se puede romper una amistad, pero no fue el caso. Lo pasamos en grande, no paramos.
P: ¿Les salieron muchos novios?
R.: Novios sí que nos salen. Tenemos las dos mucho éxito.
P.: Volviendo a su colección...
R.: Una parte de ella está inspirada en temas cofrades, algo que nunca ha hecho nadie. No significa que vaya a poner la estampación de la Virgen, eso no. Pero sí muchos encajes, como si fueran sacados de un baúl antiguo, inspirados en lo que es la ropa de la Macarena, porque tuve la suerte de que me dejaran ver su Tesoro.
Sin ofensa
P.: ¿No teme que alguien se ofenda?
R.: No creo, porque está hecho con mucho respeto. Quizá provoque comentarios a favor y en contra, pero mis vestidos no tienen nada de ofensivo. Además, impactar es bueno. Hablamos de un salón con cuarenta pasarelas y a mí me gusta estar ahí; tengo que ir a formarla otra vez. Otros años he sacado muchos famosos a la pasarela. Esta vez no, porque el protagonista es el traje.
P.: Su colección incluye mantones teñidos. Me recuerda a la famosa mantilla de Carmen Ordóñez.
R.: Por ahí van los tiros. Lo de Carmina en la boda de su hijo Francisco fue impactante. Y también era clienta mía. A ella le gustaban los trajes con mucha esencia, que fueran como antiguos. Le diré más: era una clienta magnífica. Porque yo sí, tengo la fortuna de tener muchas clientas famosas que me compran sus trajes de flamenca porque tienen mucha clase. Pero hoy día también hay famosas que están acostumbradas a que les regalen trajes, bolsos y lo que sea. Carmina, en cambio, siempre que ha venido, me ha comprado los trajes y a veces hasta me traía a la prensa para hacerme promoción. Era una magnífica y maravillosa persona.
P.: Y encima pagaba...
R.: Se lo prometo por mis tres hijos. Le hacía un descuento y pagaba en tres veces, pero pagaba.
P.: ¿Con qué clienta ha llegado a lucirse al máximo?
R.: Con Rocío Jurado. Le llevé un diseño mío y al principio se asustó un poco, porque era un traje con muchas innovaciones. Pero luego quedó encantada. Ella me llamaba María Balencié, por lo mucho que me gustan los encajes franceses de Balencié y de Alençon. Es que el de bolillos lo veo un poco basto. Ella era muy artista hasta para probarse. Se ponía una flor, se movía... Era artista hasta en su casa. A un tipo especial de volante lo llamamos en el taller el de Rocío Jurado, porque responde a una idea que me dio ella para que al levantar el brazo los volantes del interior de la manga se vieran igual de bonitos que los de fuera. Las tres batas de cola que Rocío lució en el último programa que hizo en televisión eran mías. Me contó que hacía años que no estaba tan pendiente del vestuario como en esa gala. Le pedí las tres batas para ponerlas en mi desfile y me contestó: Pero con vuelta, que las necesito para hacer las Américas. Me acuerdo de eso, qué pena, como si fuera hoy.
P.: Creo que Carla Goyanes también está entre sus clientas.
R.: Y Alejandra Osborne, María Teresa Campos, Carmen Janeiro... A Carla le encanta lo más nuevo y lo más original. Y eso me alegra. Alejandra Osborne me contó que a ella siempre le diseñaba los trajes de flamenca su madre. Al morir ella, Alejandra intentó hacerse un traje de flamenca y dice que le salió un churro.
P.: ¿Cuántos trajes se hacen las famosas para la feria?
R.: Depende. Hay quien va un par de días y se hace un par de ellos.
P.: Porque, claro, repetir está mal visto.
R.: Pero muchas clientas se hacen sólo uno cada temporada y el resto de los días van con trajes de otros años. Además, mis trajes no pasan de moda. Tienen un punto que les hace parecer antiguos. No sé por qué, pero me salen así.