A ritmo de "olé", de palmas y de bombo, España ha vivido una fiesta en el estadio NRGi Park de Aarhus, donde 500 personas han enterrado los sueños de más de 20.000 daneses que han vivido una larga agonía de casi una hora, un funeral con su enemigo más odiado como verdugo: el "malvado" español. Ni el cambio de escenario, obligado por la sanción del estadio nacional Parken, ni de caras, ni las celebraciones previas, ni la inclusión de un jugador de apellido Pérez pero nombre danés: Dinamarca no puede escapar a su leyenda negra.
Música, con algún guiño español y la actuación de dudoso gusto de las "cheerleaders" han ayudado a ir calentando el ambiente en una fría noche. La salida de los dos equipos al campo, animada por el popular "Somos rojos, somos blancos", ha espoleado al público local, que se ha mantenido en silencio respetuoso con el himno español y ha estallado extasiado cuando le ha tocado el turno al suyo, que ha cantado a viva voz sin acompañamiento musical, el estadio cubierto de miles de banderas danesas de todos los tamaños.
La actitud medrosa con la que Dinamarca ha salido al campo ha contagiado a las gradas, donde la hinchada local se ha ido apagando con el paso de los minutos y de los goles en contra. El primer tanto de Tamudo ha hecho mella en el público, que sólo rha reaccionado en contadas ocasiones - como en el penalti no pitado por claras manos de Cesc- , ha acabado por callarse definitivamente con el golazo de Ramos y ha despedido a su equipo con masivos pitos.
El medio millar de hinchas españoles presentes en el estadio de Aarhus, la mayoría de ellos estudiantes Erasmus, se han hecho notar desde el principio y han terminado por protagonizar un monólogo con gritos de "olé" y "es danés el que no bote". Que Dinamarca veía el partido imposible se ha podido ver tras el descanso: apenas unos pocos aplausos han saludado su salida al campo, en la que la indiferencia fue la tónica general.
Dinamarca decepciona a su afición
Las numerosas ocasiones que han encadenado los daneses al inicio del segundo tiempo han provocado un conato de reacción en las gradas, pero se ha quedado en eso, porque los daneses no han sido capaces de romper su maleficio particular con España. Una y otra vez sehan estrellado contra la defensa, Casillas e incluso el palo.
El gol de Tomasson ha abierto la puerta al improbable milagro, pero la esperanza ha durado apenas un minuto, el que ha tardado Riera en certificar el entierro danés y adornar la fiesta de España, que ha acabado despedida con "olés" y con pie y medio en la Eurocopa.
Se esperaba una Dinamarca con el cuchillo entre los dientes e intimidadora en el comienzo del envite, pero la realidad fue otra muy diferente. España, que seguramente hubiese firmado un empate también ha validado para sus aspiraciones de clasificación, se ha topado con un rival endeble, sumamente débil, y se ha hecho rápidamente con la posesión del esférico.
La presencia de los llamados "jugones" ha facilitado la labor de toque de los de Luis Aragonés en la parcela ancha del terreno de juego. España ha ido tejiendo de esta manera su tela de araña, en la que daneses han ido cayendo con el paso de los minutos como fruta madura. Toque y más toque. La selección tenía el balón y ello le ha dado tranquilidad y seguridad en sí misma. Mientras, los nórdicos sólo conseguían llegar a la portería de Iker Casillas con balones largos y bombeados que a veces generaron cierto miedo en la defensa española.
Pero ha sido un espejismo. Los entrenados por Morten Olsen se han ido diluyendo como un azucarillo. Han saltado al césped acomplejados y no han estado a la altura que la importancia de la batalla reclamaba. Y fue Raúl Tamudo el encargado de traducir la superioridad española en gol al anotar el primero. Lo hizo de cabeza tras recibir un pase de Andrés Iniesta desde la banda izquierda después de un bonito recorte hacia atrás del barcelonista.
Partidazo de Tamudo
Caprichos del destino, ha tenido que ser otro Raúl en el que enfilase el camino del triunfo español. Tamudo, que ha llegado a la selección como solución de urgencia tras la lesión de David Villa y que ha disfrutado de la titularidad por la baja a última hora de Fernando Torres, ha anotado su quinta diana como internacional en diez partidos disputados. El tanto, cuando sólo habían transcurrido diez minutos, ha ejercido un efecto demoledor en los daneses y relajante en los españoles, aunque poco después se han producido unas manos de Cesc Fabregas en el área de Casillas en un más que posible penalti que el colegiado no ha concedido.
El partido ha dibujado desde el principio el escenario más favorable para los de Luis Aragonés. Un rival atemorizado y un gol tempranero le han puesto enseguida en la senda del éxito. Sin un juego exquisito, España se ha hecho dueña de la situación.
Así se llegó al segundo tanto en la mejor jugada del encuentro. Una auténtica apología de la querencia por el balón de los españoles. Los hombres de Luis se cedieron el cuero en todas las direcciones en toques cortos con la complacencia de los daneses, que miraban de un lado a otro como corría la pelota. La secuencia de pases concluyó con una bonita pared entre Tamudo y Sergio Ramos que el madridista convirtió en gol ante la salida de Sorensen.
Segunda parte tranquila para España
Era el 2- 0 y prácticamente la puntilla al encuentro. Antes de concluir la primera mitad Cesc ha enviado el balón al larguero y España se ha ido al descanso sabiendo que sólo un milagro podía voltear una situación muy favorable. A base de balones bombeados, ha conseguido Dinamarca atisbar un tanto que le ha metido en el partido en el segundo acto. Lo ha podido hacer Martin Laursen de cabeza en un balón que ha despejado Casillas con el pie en la misma línea de gol, Thomas Helveg en un error del cancerbero español en un mal despeje y Nicklas Bendther en un balón que se ha estrellado en el poste.
Pero España sabía que eran retazos y que tenía al rival contra las cuerdas, por eso ha seguido dejando pasar los minutos sin alterarse más de la cuenta a la espera de la conclusión. Aún así, el jugador del Villarreal Jon Dahl Tomasson anotó el 1- 2 en el minuto 87, pero no le ha temblado el pulso a España que sólo un minuto después ha sentenciado con un golazo de Albert Riera. Y ha conseguido llegar al término sin sufrimientos. Ha superado el examen a base de toque, sin juego brillante, pero sabiendo aprovechar a la perfección los puntos flacos de un enemigo que decepcionó.
España ha logrado una victoria que producirá un efecto sedante tras la convulsiva semana vivida antes del encuentro. El incendio que se había propagado en los días precedentes con el debate sobre la ausencia de Raúl González en la convocatoria ha recibido hoy un refrescante chorro de agua. A falta de dos jornadas, España tiene pie y medio en la Eurocopa del próximo año en perjuicio de Dinamarca, que tras la derrota prácticamente ha dicho adiós.