La Fundación El Monte celebra la exposición La Sevilla de Richard Ford (1830- 1833), del 18 de enero al 30 de marzo en la sala Villasís del Centro Cultural. Con ella, el comisario Javier Rodríguez Barberán, pretende poner de manifiesto la figura de este inglés romántico que recorrió, sintió y dibujó España, como podremos ver en la muestra.
El presidente de la Fundación El Monte, Ángel López acompañado del comisario de la exposición, el profesor Javier Rodríguez Barberán junto al descendiente del artista inglés, Francis Ford, inauguraron el pasado 18 de enero la exposición con la que El Monte estrena 2007. Conscientes de que los trabajos de Ford constituyen una visión profunda y certera de España y, en particular, de Sevilla en el siglo XIX, además de un documento histórico y artístico de primer orden, estamos convencidos de la oportunidad que supone el mostrarlos con rigor analítico y propósito, al mismo tiempo divulgativo, precisamente en la ciudad de Sevilla.
Contribuiríamos, además, en parte, a paliar la deuda de gratitud que la ciudad, cuyo imaginario colectivo ha enriquecido notablemente Richard Ford, tiene contraída con su figura.
El comisario de la muestra, Javier R. Barberán quiso poner de manifiesto la importancia de la época ya que entre 1830 y 1850, viajeros ingleses y franceses en su mayoría, pero también alemanes, suizos y norteamericanos, fijaron una interpretación de España cuya vigencia se mantiene, en cierto sentido, hasta la actualidad. Aunque los libros de estos viajeros y las guías redactadas por ellos ponían de manifiesto todo lo anterior a través de la palabra, sus dibujos, pinturas y grabados constituyeron un instrumento excelente para trasladar las mismas ideas a colectivos mucho más extensos que el de los lectores de dichas obras suscribe el profesor.
Los intereses de estos viajeros suelen ser plurales. Casi siempre buscan la traslación al papel de la riqueza monumental de las ciudades andaluzas y de las huellas del pasado en las mismas. Teniendo en cuenta que se trata de un periodo en el que la fotografía no ha suplido todavía al apunte del natural o al grabado como medios de fijar y difundir respectivamente las visiones urbanas que construyen el peculiar paisaje romántico de la Andalucía del XIX.
Durante la inauguración de la exposición se pudo poner de manifiesto que Richard Ford es una figura clave de este proceso: Rerum Hispaniae indagator acerrimus tal es la inscripción que figura en su tumba- , Ford es un viajero al que nada le resulta ajeno; quiere actuar como un guía para sus compatriotas por los caminos y las ciudades de España, pero también quiere mostrar su admiración por un país donde se funden la idea de un exotismo cercano y confortable con la de una incipiente aproximación al resto de Europa. Instalado en Andalucía entre el otoño de 1830 y el mes de Septiembre de 1833, su mirada sobre Sevilla, supone la aproximación más intensa a la realidad física, la sociedad y las costumbres de la época.
Aunque en este proyecto de exposición se reconozca la importancia de su famoso libro Handbook for Travellers in Spain, la intención de la Fundación El Monte es la de acercar a otra faceta documental en la obra de Richard Ford: sus dibujos y pinturas. Éstas no son el resultado del trabajo de un artista en el sentido más habitual de la palabra, sino que aparecen como el deseo de trasladar al papel o al lienzo las impresiones directas de lo vivido por él en sus años andaluces.
Desde la perspectiva del patrimonio los dibujos de Richard Ford son el mejor documento con el que podemos contar para reconstruir una visión global de esa Sevilla que se resistía a olvidar un tiempo de esplendores que ya no era más que un sueño lejano. Mientras que para pintores como David Roberts lo más importante era la imagen de los grandes monumentos o de las costumbres y las fiestas populares, para Ford la ciudad posee otra dimensión: su interés por el aspecto externo de Sevilla las puertas y las murallas- , por el entorno inmediato de la ciudad la Cartuja o el cementerio de S. Sebastián- o por los espacios públicos, revela una mentalidad moderna. No se trata de alguien que espera que su obra sea llevada al grabado y convertida en objeto de consumo, sino de una persona que documenta la realidad, la conserva para él y, lo más importante, la proyecta ya sea de manera consciente o inconsciente- hacia el futuro.
Esta muestra para el presidente de la Fundación, Ángel López destapa la creencia de que admitimos que Sevilla tiene una deuda contraída con alguien que la observó de una manera tan intensa y fiel. El peso de la ciudad en sus textos y la abundancia de los dibujos sobre la misma revelan que Richard Ford pudo llegar a ella por azar pero que finalmente adquirió la condición in pectore de habitante de Sevilla. Por eso este proyecto no quiere limitarse a la exposición cuyas líneas generales se plantean a continuación, sino que quiere impulsar una serie de acciones más amplias, todas ellas encaminadas al conocimiento por parte de los sevillanos del presente de la figura de Richard Ford.
Desde la perspectiva de los contenidos se plantean tres bloques: los dos primeros serían de carácter introductorio, y estarían dedicados respectivamente a la figura histórica de Richard Ford y a su papel dentro del contexto de los viajeros del siglo XIX; el último, por su parte, se encargaría de analizar la imagen de Sevilla a través de los dibujos y las pinturas de Ford, realizando una reconstrucción de la ciudad en ese momento con el complemento de la obra de otros autores.
La Sevilla de Richard Ford permanecerá hasta el 30 de marzo en la Sala Villasís del Centro Cultural El Monte. C/ Arguijo s/n. Horario de visitas de martes a sábado de 11 a 13.30 y de 18 a 21 h. Domingos y festivos de 11 a 13.30 h. Lunes cerrado. Para visitas de grupos, teléfono 954508203.