Al margen de los números, hay también señales que han indicado lo negativo que ha resultado el año natural para el club sevillano, pues el equipo ha conocido nada menos que a cuatro entrenadores diferentes (Perasovic, Fijo, Quintana y Comas), dos presidentes (Luna y Ollero) y dos directores deportivos (Morate y Gutiérrez), más algún cambio en el consejo, un baile de cargos jamás visto en la entidad. Pocos entrenadores, presidentes y responsables de la parcela deportiva ha conocido el club en total más que en el convulso 2005, en el cual el Caja se ha dado de bruces con una realidad inesperada: se ha comido las uvas como colista de la ACB. Por supuesto, por primera vez en su historia.
Diez victorias únicamente en todo el año 2005 y nada menos que 23 derrotas. Seis triunfos en San Pablo (uno solo en la actual temporada) y cuatro fuera. En los inicios del Caja en la categoría, con José Alberto Pesquera al frente del equipo, se sufrieron 25 derrotas en 1990 (16 victorias) pero entonces se disputaban más jornadas de fase regular que las 34 desde que la ACB normalizó su formato de competición liguera con 18 equipos y posterior play off.
2005 empezó prometiendo y termina de forma lamentable. La lógica adaptación a un entrenador nuevo, diversas lesiones y el ostracismo de Evtimov no impidieron luchar por jugar la Copa. El inicio de 2005, con una exhibición en Badalona (81- 99) ponía al Caja a un paso de la Copa tras las vicisitudes otoñales. Llegó el Tau, ganó (79- 87), Unicaja desplazó al cuadro sevillano del torneo copero luego fue campeón y empezó la rápida decadencia del arriesgado proyecto iniciado con Velimir Perasovic como entrenador.
Ya durante el mes de enero, el novato Perasovic estaba sentenciado por el consejo cajista; su caída no sería la única, pues se anunciaba la víspera de visitar el Palau que Miguel Ángel Morate dejaba la dirección deportiva, cargo que sólo él ocupó desde su creación.
El consejo aguantó a Perasovic en el cargo hasta finales de febrero, tras ser aniquilado en equipo en Málaga y acumular varias derrotas ominosas, en particular la sufrida ante el colista Lleida en San Pablo (62- 87). La semana en cuestión, el Caja dio salida a Evtimov, defenestrado por Perasovic, y fichó a Robert Maras. Meses de tiranteces, castigos y demás dieron con jugador y entrenador fuera del club en unos días.
La salida de Morate, de puntillas y sin el merecido reconocimiento, llegó por una evidente pérdida de confianza de presidente (Luna) y director general (Sergio Parra). El pucelano se opuso con firmeza al fichaje de Perasovic, pues recomendó renovar a Aranzana, y se le reprocharon varias decepciones en fichajes. En unos meses, ni Morate ni Perasovic continuaban en el club.
La interinidad de Javier Fijo derrota en Alicante dio paso a Óscar Quintana, segundo inquilino del banquillo de forma continuada. Once encuentros dirigidos y unas perspectivas de renovación que no fructificaron pese a que, cuentan, Quintana habría convencido para formar parte de su siguiente y nonato proyecto en el Caja a jugadores de la talla de Prigioni o Kammerichs.
Ya entonces se había anunciado la creación de una comisión deportiva formada por cinco elementos y dirigida por Quique Gutiérrez, sustituto natural de Morate y persona de total confianza y estrecha relación con Sergio Parra.
Un final de temporada 2004- 2005 tan tibio como los anteriores, mas muy movidito en la parcela deportiva, trajo un verano en el que la falta de consenso dentro de la directiva cajista para el puesto de técnico dio la oportunidad a Javier Fijo de dejar a un lado su interinidad. Los fichajes de Bramlett por dentro, Longin por fuera y Marco para dirigir trajeron buenas perspectivas amplificadas de forma excesiva por una magnífica pretemporada, llena de victorias y bárbara en el juego.
Siete jornadas duró Javier Fijo en el cargo, con un balance de 2- 5, el mismo que ha reunido Manel Comas, su sustituto al frente del equipo. La evidente diferencia en el perfil del técnico entre Fijo y Comas prácticamente un debutante en ACB el primero y todo un veterano el segundo no hace sino reflejar los continuos vaivenes que ha protagonizado la cúpula del club en los últimos meses. Con uno y otro, la imagen del equipo ha sido y es ciertamente preocupante, y los fichajes se anuncian inminentes.
Comas se convirtió en el cuarto técnico del club en 2005, mientras en toda su historia ACB el Caja sólo ha tenido a otros seis entrenadores, salvando las interinidades de Fijo: Pesquera, Petrovic, Maldonado, Imbroda, Crespi y Aranzana.
A pesar del cambio de técnico, el Caja no ha levantado cabeza y cierra la clasificación de la ACB. Los fichajes no han funcionado como se esperaba y el bajón en otros como Slanina viene siendo irreparable. Sólo Roe, a pesar de la cortina de humo lanzada por Comas señalándole para hacer espabilar a todos, ha cumplido escrupulosamente con las expectativas, pero no ha mejorado a sus compañeros.
El último golpe de efecto llegó apurando el tramo final del año. José Luis Luna Domínguez presentaba su dimisión el 20 de diciembre después de acceder al cargo el 22 de marzo de 2002 sustituyendo a José Antonio Parra, presidente los seis años anteriores y que dimitió en una época similar (28 de diciembre). Una semana después se estrenaba en el palco Juan Carlos Ollero Pina, elegido el pasado día 22. José Antonio Parra, Juan Manuel López Benjumea y el propio Luna son sus antecesores en el cargo.