José Antonio Morante de la Puebla ha vuelto a los ruedos esta temporada y se cada el 22 de octubre en la Iglesia Nuestra Señora de la Granada en la Puebla del Rio de Sevilla.
El diestro que abandonó los ruedos hace un año por un trastorno mental, ha conseguido superar el infierno en el que vivió. Estuvo en tratamiento todo el invierno, e incluso viajó a Nueva York para visitar a un prestigioso psiquiatra. El Torero reflexiona sobre los difíciles momentos que ha vivido y afronta con mucha ilusión la próxima temporada y nos presenta a su novia Cintia que le ha ayudado mucho, y con la que contraera matrimonio el 22 de octubre .
ENTREVISTA
¿Preparado para la boda?
- Estoy muy contento con el paso que voy a dar en mi vida .Tenemos 27 años los dos y ya era hora de dar el paso .
¿Muchos invitados?
- Estaran mis compañeros de profesion.
¿Dónde se celebrara?
- En la Atalaya Alta, un cortijo del siglo 17 que esta en Carmona.
¿Ha mejorado de su enfermedad?
Sí, por supuesto. Lo que pasa es que es muy pesado y difícil. Sobre todo, esta profesión me ha ayudado a superarlo. A la enfermedad la he vencido con el toreo.
¿Hasta qué punto ha dudado en continuar?
Este invierno pasado hubo momentos en los que no tenía ganas de seguir. Entrenando con Antonio Barrera me dijo que no pensara en eso. Entonces me fui a Salamanca y llegué a convencerme de que mi vida, mi mundo, está en el toreo. Barrera me hizo seguir. Fue un paso importante. Fue así y te alegras.
Supongo que ha pasado un calvario, un infierno.
Es muy fuerte. Es algo muy difícil de explicar. Y, por supuesto, lo peor que me ha pasado en mi vida. Ahora, lo que pido es que esta enfermedad no me frene las ilusiones, no me frene la vida. Quiero sacar fuerzas de todo lo que hago en el toro para continuar adelante.
Y todo de repente.
Sí. Todo fue de la noche a la mañana.
¿Le duele recordar?
Sí. Es mejor no recordar.
Una vez que todo ruede bien, ¿nos podemos encontrar con un Morante diferente?
Con un torero más profundo. Esa es mi intención. Quiero torear más despacio, más sentido. Profundizar. He ido descubriendo eso en el campo durante el invierno. He cuajado vacas y toros con una dimensión mejor que la de antes. Hay que esperar a que salga el toro en la plaza y que lo vea todo el mundo.
Durante este periodo, ¿se ha visto suficientemente apoyado?
Si. Muy bien. La gente ha estado muy cariñosa conmigo. En parte, me han ayudado a salir de este infierno. Todo el mundo, público, aficionados, prensa, compañeros...
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