Con la sonrisa en los labios pero con el corazón en un puño es como se fue la artista Rocío Jurado a su revisión trimestral de Houston en compañía de su esposo, el torero José Ortega Cano, que finalmente pudo arreglar todo para estar junto a su mujer en este chequeo.
Estos días de pruebas y resultados son fundamentales para la Chipionera. Aunque la evolución indica que todo va bien, la verdad es que Rocío lleva mucho en el cuerpo y una operación de caballo de la que aún se recupera y a la que poco ayudan los calores de Madrid.
Rocío se fue esperando regresar pronto y, tras el dictamen de los médicos, sabrá si tiene que seguir con el mismo tratamiento, si puede empezar a pensar en sus planes de trabajo para la próxima temporada, y si se va este verano a Chipiona con sus hijos y sus nietos.
En Madrid la espera su hija Rocío Carrasco, quien ahora se ha metido de lleno en el mundo de la estética al convertirse en la imagen de los laboratorios Mesoestetic, que entre otras novedades ha lanzado la máquina Tmt System, una revolución en el sector dado que ataca las grasas de la piel sin cirugía, inyecciones ni dolor. En fin, que así de delgada y firme luce Rocío, quien se ha comprometido durante cinco años con esta firma que también cuenta con una amplia gama de productos de cosmética destinados a los profesionales, parte de los cuales ya se pueden encontrar en grandes almacenes.
Pero tanta belleza y tanto reafirmante no quitan que Rocío siga esperando como agua de mayo la ratificación de la nulidad matrimonial con Antonio David Flores. En cuanto obtenga esa sentencia, su idea repetida hasta la saciedad es la de casarse con su novio, Fidel Albiac. Quién sabe, este junio puede traer muchas buenas noticias: la recuperación de su madre, que sin duda es lo primordial, la decisión del Tribunal Diocesano de Sevilla...