Monteseirín, que gobernó también la ciudad en coalición con el PA entre el período 1999- 2003, dijo que se había dado cuenta de las carencias que sufrían los distritos sólo una vez terminado ese mandato. Destacó que en la comisión han salido a la luz fallos administrativos y concluyó que tras ella había que trabajar por «reparar el daño a la imagen de la ciudad y del propio Ayuntamiento» que había producido este caso.
Ante la ausencia de la oposición, ayer recaía en Paula Garvín, portavoz de IU y presidenta de la comisión, la tarea de realizar las preguntas más «críticas» a Sánchez Monteseirín, pero Garvín realizó un «interrogatorio» poco incisivo y centrado en remontar las críticas a la gestión al anterior Gobierno PSOE- PA. Así, le planteó unicamente ocho preguntas y en sólo tres hizo alusión a las irregularidades descubiertas: cuando preguntó al alcalde si conocía las irregularidades en los distritos en el mandato anterior, a José Pardo - el ex militante socialista ligado a la empresa que facturó por una obra no realizada en el distrito Macarena- , y si sabía de trato de favor a empresarios en el mandato anterior y en el presente.
Ante tales preguntas, el alcalde respondió muy relajado. Primero aseguró desconocer las irregularidades en los distritos porque, de saberlo, dijo, «inmediatamente hubiera dado las instrucciones» para que esa situación se corrigiera, señalando como prueba de su desconocimiento el hecho de que se apareciese ante la opinión pública para negar la existencia de «facturas falsas». Sánchez Monteseirín aprovechó para señalar que ese error se cometió porque se había consultado a la persona en la que tenía delegada la gestión del distrito y se confiaba en su palabra mientras que su denuncia venía por parte de una oposición que prácticamenta una política de «encanallamiento».
En relación a la pregunta más directa de IU, «¿conoce a José Pardo?», el alcalde dijo haber oído hablar de él. «Sé que ha participado y asistido a actos del PSOE y del Ayuntamiento», pero,insistió, «no he tenido nunca ninguna relación con ese señor, nunca». Lo dijo antes de negar, «en lo que a mi alcanza y en referencia a mi grupo» - socialista- , que en el Ayuntamiento se diese trato de favor a determinados empresarios y de mostrarse convencido de que «el señor Carmona ni los otros concejales» que han formado parte de la Corporación municipal se ha llevado un euro del Ayuntamiento: «Nadie se ha llevado un céntimo. Aquí no ha habido nada más allá que fallos administrativos», subrayó.
En este sentido, lamentó que por esos «fallos» meramente administrativos José Antonio García no sea hoy concejal, mientras que otros «en las mismas circunstancias» - hizo mención a expresa a Rafael Carmona- lo sigan siéndolo. Eso es algo, dijo, «profundamente injusto».
Desconocimiento
A partir de estas palabras, la intervención del alcalde, en respuesta a la preguntas de IU, se centró en señalar la responsabilidad de la hoy portavoz del PA como anterior delegada de Participación Ciudadana. Subrayó que él no se enteró de la precariedad de medios y de personal que sufrían los distritos hasta que en junio de 2003, una vez terminado su primer mandato, recibió un escrito de los funcionarios reclamando más medios para ellos.
Explicó ese desconocimiento, porque «las cosas del Gobierno no eran como ahora», señalando que había muchas diferencias entre los dos grupos de Gobierno y e incluso intentos del socio por ocultar información. Más tarde, en respuesta a una de las dos preguntas que le hizo el portavoz de su grupo, el socialista Francisco Fernández, insistió en la falta de cooperación entre los dos grupos que formaban Gobierno, algo que dijo, ha cambiado ahora, ya que los dos grupos «no obstaculizan la labor de Gobierno».
Sánchez Monteseirín también apuntó que a partir de ahora, y para evitar situaciones como ésta, se seguirá en la labor de descentralización de los distritos, dotándoles de más medios, más competencias y más capacidad para su gestión. Además, resaltó que gracias a los presupuestos participativos se conseguirá que sean los ciudadanos los que hagan «seguimiento» de las obras que han decidido acometer.
Tras señalar que a su juicio, el asunto de las irregularidades administrativas se había «sobredimensionado» entre otras cosas por la importancia de la ciudad y porque «soy el único alcalde socialista de capital andaluza y por tanto se me exige más», dijo que había dejado como positivo la transparencia con la que se había actuado. Además consideró que la comisión debe servir para tomar impulso para trabajar «más y mejor» por Sevilla, y por «reparar el daño a la imagen de la ciudad y del propio Ayuntamiento. «Yo - concluyó- he aprendido mucho, espero que todos hayan aprendido que los políticos no pueden ser fuentes de problemas, sino que resuelvan problemas a los ciudadanos».