Según las estadísticas del curso 2006/2007, uno de cada dos alumnos universitarios abandona sus estudios en su primer año de carrera, casi 7.000. Un dato alarmante si se tiene en cuenta que en ese año se matricularon 12.692 alumnos entre la Universidad de Sevilla y de la Pablo de Olavide. Entre las muchas causas, el trabajo es la principal; hay muchos estudiantes que compaginan trabajo y estudios para poder pagarse sus enseñanzas universitarias. Otra causa suele ser el rechazo que se da en personas que estudian una carrera sin saber dónde se meten o porque piensan que les van a gustar y se equivocan.
Las carreras donde más bajas se producen se registran en las de Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas; mientras, la rama de Ciencias de la Salud son las que menos salidas registran llegando a un escaso cuatro por ciento.
A partir del curso académico 2009/2010, las universidades tienen la obligación de garantizar un número de licenciados por grado; con ello se observa que el modelo europeo de Educación Superior busca erradicar las altas tasas de abandono que se dan en las aulas universitarias.
De momento la realidad no es otra, los alumnos no parecen muy convencidos de qué estudiar.
